A veces el cambio da miedo, y el miedo, como digo siempre, paraliza. ¿Por qué tenemos tanto miedo a lo distinto? Si al fin y al cabo.. es normal. *En este caso, vamos a tomar la palabra normal como algo común a todas las personas, porque la normalidad sería un debate para otra entrada*
Tenemos miedo a lo desconocido, tenemos miedo a tener miedo, a sentirnos perdidos, a no saber qué hacer, porque claro, nos gusta tenernos controlados.
Pero sobre todo, tenemos miedo de no poder rearmarnos. Porque podemos arriesgar, tirarnos a la pileta, apostar, pero... si perdemos, si la pileta estaba vacía, si nada es como esperábamos, tenemos que rearmar la historia. Y el cambio ya se produjo y se verá qué se hace con el presente. Pero es eso, o quedarse con la duda del qué hubiera sido.
Es difícil, porque a veces las cosas duelen. Duele enfrentarse con uno mismo mucho más de lo que creemos, porque nos subestimamos todo el tiempo.
Aunque insistimos con cerrar historias, cambiar de página, siempre da miedo soltar, soltar ese pasado, esa angustia, esa persona que sí, es parte de nosotros.