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lunes, 31 de diciembre de 2012

HASTA LA VISTA 2012!



 Despedirse del 2012 es algo más que despedirse de un año como cualquier otro. Porque el 2012 se lleva etapas, se lleva recuerdos. Fue un gran año. Como todo, con sus cosas buenas y sus cosas malas, con sus pro y sus contra. Al igual que cada año, aprendí muchas cosas, valoré otras tantas, sufrí muchísimo y lloré aún más. Viví en este 2012 cosas inimaginadas.
 Pensar que un 16 de febrero entramos a un estudio de televisión por primera vez todos juntos, con el sueño de ganar el viaje a Bariloche, pero por sobre todas las cosas divertirnos juntos, porque de todas formas estábamos pagando otro.  Comenzamos este 2012 unidos, como prometería ser todo el año. Pasaron los juegos, son miles las anécdotas. Pasaron los acompañantes y también los días. Lunes 20, y la llave número nueve se encargó de hacernos saltar de felicidad. Lágrimas, gritos, sensaciones inexplicables como la vibración que todos sentimos 2 milisegundos antes de que llegue a nuestras caras la expresión de ¡SI CHICOS, ARRANCÓ EL MICRO! Lo ganamos.
 Quedaba por adelante Bariloche 1, Bariloche 2, la Fiesta, la Cena, los Buzos, la organización del día de la primavera. Y todo pasó, así como si nada. Los meses no se hicieron esperar y el tiempo voló más aún para nosotros que esperamos de cada segundo para poder disfrutar de ese número 61 que nos perteneció y nos pertenecerá SIEMPRE.
  Atrás quedan todos los años de secundaria, dejo atrás todos aquellos recuerdos, cada palabra, cada broma, cada compañero. Esas clases enteras de tener que esquivar los misiles de papel, que luego se convirtieron en aviones con papel picado o hasta arroz, que después se convirtieron en botellas llenas de agua, y que para los últimos días ya eran pistolas de agua sin ningún tipo de disfraz. Sentir que en lugar de estar en una clase estabas en medio de una guerra, en la que volaba todo tipo de elemento (hasta un filtro de café, clavos, recipientes de dulce de leche repostero de 2kg.) que todavía, por cierto, no comprendo cómo les entraba en la mochila.
 Dejamos el legado de que en algún momento, un grado un poco más inteligente, realice una Guerra de Sifones sin que las monjas se enteren, porque nuestro proyecto fracasó.
  Me voy del colegio con una sonrisa, mil recuerdos y grandes amigos, así como también me voy con 3 amonestaciones colectivas y la etiqueta de que 6°B fue EL PEOR GRADO DE LA HISTORIA DEL CANOSSIANO. ¿Saben qué? Me voy orgullosa, porque todas las que nos mandamos, hoy y siempre van a significar una sonrisa y carcajadas al recordarlas.
 GRACIAS Promoción LXI, por todos los momentos que pasamos juntos. Siempre los voy a guardar en mi corazón, son la mejor división en la que pude haber estado.
 Por otra parte quiero rescatar que en mi 2012 hubo muchas cosas buenas, encontré mi vocación, por suerte. Decidí que iba a luchar por mis sueños porque es AHORA el momento. Porque me di cuenta que es mejor saber que luché por lo que quise para toda mi vida, a resignarme a eso y tener que levantarme por el resto de mi vida para trabajar de algo que NO quiero.
 Sigo eternamente agradecida a Crisoles, porque es inmenso el crecimiento personal y profesional que tengo desde que estoy en ese lugar, y aunque los últimos meses no pude estar en las obras por problemas personales, no hay lugar que adore más que Crisoles. Este 2013 si Dios quiere, aunque esté cansada, viajando y estudiando, voy a dar lo mejor de mí arriba de ese escenario al que ya le tomé cariño. No me imagino qué sería de mí sin Rosita en el Jorobado, por ejemplo.
 Tengo que agradecer a mi familia, que este año me bancó en todo lo que me pasó, gracias a ellos viajé a Bariloche 1, a Misiones por el Congreso de Jóvenes, me dejaron usar la beca que me gané en Reina. Realmente estoy agradecida con ellos, aunque como toda adolescente siempre tenga algo para contradecirles. Sé que toda mi vida voy a estar rencorosa porque no me dejaron ir a Bariloche 2, pero bueno, son mi familia.
 Este año me ayudó también a darme cuenta de quiénes son realmente mis amigos y quiénes no. Cada año cuando uno hace un recuento de vivencias lo nota. No me arrepiento de NADA de lo que hice este año, aunque me hubiese gustado hacer las cosas diferentes.
 Cada amor, cada sufrimiento, cada vivencia, cada error, cada fracaso, me ayudaron a crecer o no, y ser lo que soy hoy.
 Este 2012 conocí muchas personas maravillosas, desconocidos se volvieron amigos y amigos desconocidos. Pero lo que importa es cómo voy a vivir mi 2013. Despido con mucho amor a este 2012 que hizo de mi último año de secundaria algo fantástico, y recibo al 2013 con la expectativa de que todo puede ser mejor. Con los brazos abiertos a nuevos amigos, nuevos amores, nuevos errores y nuevos aprendizajes.
HASTA SIEMPRE PROMOCIÓN LXI, HASTA SIEMPRE 2012
Muchas gracias a todos los que vivieron este año tan especial conmigo

viernes, 14 de diciembre de 2012

DON´T STOP BELIEVIN´

  El sacrificio de haberme levantado a las cuatro y media de la mañana, con la valija preparada desde la noche anterior, tomarme un taxi y un micro, un poco menos que los tres micros que me tomé desde el día en que me gané una beca y comencé a pertencer a Glee I de Palermo. El sacrificio de mi familia, que me apoyó y me dejó seguir en el curso aunque la beca era de sólo un mes. El esfuerzo de mi abuela que me acompañó cada jueves del año hasta allá, la gran Capital que tanto adoro. El cansancio que me provocó todos los viernes en el colegio porque llegaba a mi casa entre las doce y la una de la mañana.
  Hoy puedo decir que el esfuerzo valió la pena. Ayer fue una de las noches más maravillosas de toda mi vida. Cumplí uno de mis miles de sueños, que fue participar en una función en un Teatro de Buenos Aires, y qué menos que el Teatro Astral, aquellas tablas que hace unos meses dejó de pisar mi hermosa actríz favorita Julieta Gonçalves.
  Si hay algo que me encanta es ir feliz y relajada por las calles cercanas al Obelisco, mirando con suma paciencia a los estudiantes y empresarios trabajando, caminando de acá para allá, y yo con una mirada llena de brillo a punto de subir a un escenario más.
  Creo que no alcanzan las palabras para expresar lo feliz que soy y fui, soy una simple chica llena de sueños, los mismos sueños que tienen miles de personas de mi edad. Estoy feliz porque sé que luché mucho por esto. Empecé a los doce años, haciendo comedia musical en mi barrio, Berisso. Después conocí y pertenecí (y pertenezco) a Crisoles, con la suerte de poder aprender y crecer muchísimo artísticamente, formando parte de elencos varios con los cuales aprendí muchísimo también como persona. De Berisso a La Plata, y de La Plata a Buenos Aires. Quizás la gente de allá no entienda qué tan importante puede ser para mí, pero siento que las cosas suceden por algo, y ese sorteo del cual salí becada no fue sólo casualidad.
 El grupo de chicos de Glee me recibió de una manera extraordinaria, les agradezco mucho por haberme incluído y ayudado. Los profes realmente son los dos unos genios, y lamento no poder estar el jueves para la entrega de diplomas pero sé que algún día nos vamos a volver a encontrar los catorce.


 AMO lo que hago, es tan lindo saber que pude transmitirlo a toda esa gente que llenó la platea y los palcos de la Calle Corrientes...  Definitivamente nunca voy a dejar de soñar. Si los sueños me llevaron hasta acá, quién sabe dónde llegaré.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Mi amor insuperable.

 No puedo creer cómo sigue doliéndome tanto el abandono de una persona. Aquella que era parte de mis días, de mi rutina. Aquella amistad que teníamos que mil veces prometimos sea para siempre, y sin embargo aquí estamos, cada uno con su vida. No voy a decir que soy una persona infelíz porque en verdad no lo soy aunque de vez en cuándo me agarren esos bajones que son parte de la adolescencia, pero Mariano es insuperable. Hace años que lo amo, es el amor de mi vida y nunca me voy a cansar de decirlo. Porque recuerdo cada momento que pasamos juntos, y separados, como amigos y como algo más... Yo no quiero que las cosas vuelvan a ser como cuando éramos ese algo más, yo quiero volver atrás, para recuperar esa amistad, para que las cosas no hayan terminado tan mierda como terminaron, para que aunque sea pueda llamarlo por teléfono y preguntarle cómo está. Para que se me vayan las ganas constantes de escribirle una carta diciéndole todo lo que nunca le dije, o repetirle aquello que hace falta. Para evitar la parte de que estoy bloqueada de su Facebook y su Twitter, para evitar que mi corazón se sienta estrujado como lo está ahora.
 Realmente a veces no sé cómo expresar esto que siento, no puedo creer cómo yo misma soy víctima del autosufirmiento que me provoco guardando cada uno de nuestros recuerdos, cada uno de nuestros papeles de conversaciones, de psicoanálisis que le hacía yo a él a la madrugada cuando me llamaba y yo me ocultaba de mi mamá porque no quería que hable con él.  Yo lo ayudé a superar su propio amor doloroso, como amiga que fui, porque siempre estuve a sus pies cuando me necesitó.
 No es la persona más maravillosa del mundo, pero lo es para mí, aunque haya hecho todo lo que hizo. Me dio mil consejos que HOY pude adquirir pero en su momento se los resongué, porque hoy soy lo que soy gracias a él y eso me pone feliz, porque yo aprendí algo de él, y espero que en algún momento él haya aprendido algo de mí.
 Porque fui la única que lo apoyó cuando se mandó la mayoría de las cagadas de su vida, porque siempre pero siempre lo amé, y nunca pedí lo mismo.
 No necesito amor, ni que me bese, sé que las cosas no van a volver, que no vamos a ser nunca más amigos. Pero lo extraño, sus miradas, sus abrazos. SU AMISTAD, lo necesito mucho... Tenemos tantas cosas en común, que me da miedo que en algun momento las casualidades de la vida nos vuelvan a unir y no podamos compartir nuestras cosas juntos.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Sigo aquí tocando fondo...

 Estos días en los que estoy deprimida, malhumorada, la lluvia me hace poner tan nostálgica que me vuelvo cursi y me acuerdo del amor de mi vida.
 Ese amor que nunca fue amor, ese amor que no merece que le dedique una entrada en el blog, ni las canciones de Arjona que le canto, ni tantos recuerdos, ni tantas lágrimas...

domingo, 28 de octubre de 2012

Minutos, la morgue del tiempo *

Siento que el futuro se acerca, que el tiempo me pisa los talones. No puedo creer, ya está terminando el año, y todavía no estoy segura de entender que estoy en el último año de colegio, que tuve los privilegios de sexto, que organicé el día de la primavera y que estoy juntando plata para la cena de egresados. No soy tan consciente que en mi clóset tengo un buzo de egresados, y que el año que viene ya no voy a compartir mis mañanas con esos adorados 35 compañeros, con los que pasé tanto tiempo de mi vida. Y ahora, en pocos meses, cada uno va a seguir con su vida, y ya no vamos a volver nunca más al colegio.
 Todo concluye al fin, nada puede escapar. Todo tiene un final, todo termina. Frases cursis y más del montón que podría estar escribiendo por horas. Tengo miedo, miedo de desplegar mis alas para volar. Desde que tengo dos años voy al mismo colegio, me manejo en la misma ciudad, y con la misma gente. 
 Pienso en fechas, se mezclan mis sentimientos, estoy cansada, estressada, triste, felíz. No puedo controlar todo esto, y simplemente lo canalizo con un está todo bajo control que en realidad no existe. Estoy preparándome para el futuro, tengo muchas muestras, tengo que estudiar, tengo que terminar bien el colegio, tengo que bailar, tengo que rendir, tengo que encargarme de muchos vestuarios.
 • En 27 días es mi fiesta de egresados;
 • En 33 días es la muestra de fin de año de danza contemporánea y es la Misa de fin de año del colegio (la última vez en la que cante en el coro Maranathá);
 • En 47 días actúo en el Teatro Astral, cumpliendo mi sueño de estar en Calle Corrientes;
 • En 50 días es la muestra de fin de año de comedia musical, en la que soy una de las protagonistas haciendo Hairspray;
 • En 52 días es la muestra de fin de año de danza clásica, en la que soy el Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas, y el mismo día rindo matemática. 
 Definitivamente es stress, todavía no sé cuándo es mi cena de egresados, ni la fecha de la entrega de diplomas, todavía no tengo ninguno de los dos vestidos, ni el vestuario de Hairspray, ni el de clásico que tendría que tener resueltos. Todavía no sé que va a pasar con mi vida, porque el 19 de noviembre tengo el exámen de ingreso en la Escuela de Reina Reech para empezar a cursar o no el año que viene la carrera de puesta coreográfica. Y además tengo las integradoras. Y menos mal que a mi pesar, dejé las obras de comedia musical, porque también tendría estrenos y ensayos. 
 Creo que mis nervios se deben a eso, no sé si tengo mucho tiempo para vivir, no tengo ganas de estudiar, pero no me quiero llevar más nada, porque quiero que mis vacaciones sean realmente eso, descanzar al fin!!!!!!!!!!!!!!

martes, 23 de octubre de 2012

Mi vida de artista *

  Si yo tuviera que explicar sólo con palabras lo que significa la danza para mí creo que no podría. Desde que tengo uso de razón, desde que aprendí a caminar todos a mi alrededor supieron que yo iba a ser artista. Cuando tenía cinco años mi abuelo nos dijo a mis hermanas y a mí que nos aprendamos un tango cada una. Y así me pasaba las tardes después del jardín recitando Naranjo en Flor, más tarde grabado y ahora atrincherado en un cassette que de vez en cuando desempolvo para recordar mi voz de pequeña. Supongo que para ese entonces yo ya estaba girando hacia todas las direcciones de la casa, y me abría de piernas poniendo cara de bailarina experimentada. Esa elastidad que gracias a Dios sigo teniendo.
  Mi primer paso por el teatro, parecía un huevo con la maya blanca y el tutú amarillo. Bailé una coreografía de la que ni siquiera recuerdo la canción. Lo único que me acuerdo es que la pasaba muy bien en las clases de la señorita Valeria, recuerdo el espacio, la paciencia, y mi cara de contenta cuando volvía a casa y mamá se sentaba a que le muestre lo que había aprendido. Ya para ese entonces se me escapaba el aire por los agujeros que los primeros dientes de leche me habían dejado al caerse. Eso no me impedía, cada vez que mi abuela venía de visitas a casa, agarrar sus anteojos de sol y hacer las escenas teatrales en las que imitaba su entrada, repitiendo sus frases típicas.




 Al otro año ya era toda una artista, mi segundo paso por el Coliseo Podestá vestida de Minnie cantando y bailando al ritmo de Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín, que come chocolate y turrón y bolitas de anís.. que todavía recuerdo con perfección. Ya para esa época fui un poco más consciente y me enamoré de las tablas, como quien diría. 
 Fue dos años más tarde cuando mamá me contagió su fanatismo por Patricia Sosa, y decidí que quería hacer canto. Quería ser cantante melódica, además de princesa, claro. Encontramos un folleto con una información, entonces llamamos por teléfono y quedamos en ir. Ése día no me lo voy a olvidar nunca, creo que es una de las anécdotas más graciosas de mi vida. Llegamos a la dirección que nos habían indicado, tocamos timbre y nos abre una señora gorda con aspecto sucio, que se había olvidado de la cita. Y mientras yo agarraba cada vez más fuerte la mano de mi mamá para que no me dejase ahí solita, vimos cómo unos cuantos chanchitos se acercaban a nosotras. Nunca más pisamos ese lugar.
 Papá Noel me regaló mi primer micrófono, y empecé clases de canto con una profesora de tango para la tercera edad. Si, señoras coquetas, hasta quizás matrimonios, un músico que ajustaba la guitarra y yo, con siete años y mi micrófono de colores, que me paraba en ese círculo parecido a un grupo de autoayuda a cantar Nostalgias, mientras que presionaba mi puño y ponía cara de sufrimiento. La señora con el trípode estaba enamorada de mí, porque aunque no lo crean, en algún momento fui tierna. Todos los jueves a las seis de la tarde llevaba una bolsa llena de caramelos y me la regalaba. Todos los viejecitos estaban embobados conmigo. Y cuando yo estaba a punto del llanto preguntándome qué poemas nuevos fue a buscar Alfonsina al mar, el guitarrista esbozaba una tímida sonrisa.

 Nunca había pensado en mi futuro como artista. Claro que quería ser una Chiquititas, una Bandana, o más tarde Floricienta, y más aún después de empezar comedia musical. Pero siempre me imaginé una vida seria, paralela, profesional, real. Con el tiempo crecí, desarrollé mi cuerpo, me convertí gracias a mi maldita genética en una piernas gordas. Porque aunque lo odie, es así. Nunca dejé de hacer lo que me gustó, pero no lo podía tomar como posibilidad para el futuro. La sociedad, bah, qué se yo, la gente cercana se encargaba de hacerme saber que las gordas no bailan. Yo lo tengo claro, lo tenía claro. 
 Ese año descubrí realmente cuánto amo bailar. Es raro saber, pensar, sentir que quiero vivir de esto, que quiero ser artista, pero no como hobbie, no como el además de la vida real. Yo soy una soñadora, siempre lo fuí, ¿por qué dejar de soñar? No soy bailarina, soy amante del arte. No tengo técnica, estoy aprendiendo y lo voy a seguir haciendo por el resto de mi vida, porque es lo que amo, lo que me llena el alma. Eso es, me llena el alma. No se imaginan la satisfacción de ir aprendiendo, tanto pasos como sus nombres raros en francés. No me importa si tengo que enfrentarme al qué dirán de la gente, porque mis sueños son más fuertes, porque el amor es más fuerte. Y si me va mal como artista, ahí me voy a morir, porque prefiero morir sabiendo que luché por mis sueños y no que me acobardé.

 


domingo, 23 de septiembre de 2012

CELOS

No entiendo mucho ni podría definir lo que son celos. Por más que las frases parecidas al dos corazones digan que los celos se dan cuando uno ama a una persona o algo como eso, prefiero limitarme a que celos son, simplemente celos. Tampoco voy a hacerme todo un cuadro sinóptico mental para saber por qué estoy celosa, nada más soy consciente de que no me gusta para nada que dos amigas mías se hablen. No porque mis amigos sean sólo míos, sino por el hecho de que sean ELLA y ELLA. Ella siempre me saca todo, tengo esa sensación, y la otra ella, es hoy en día muy importante para mí, sabe absolutamente todo, y lo que no le digo lo sabe igual (eso a veces me da miedo). Hace poco tiempo que nos pusimos a hablar mal, onda todos los días todo el tiempo. Y por más que sea lo más frío y seco del mundo cuando te ve por la calle, no sé, a veces la extraño y todo. Es raro, porque la diferencia de edad es bastante, pero bueno, ponele que estamos a la misma altura de madurez. No me gusta que hable con ella, me da muchos, DEMASIADOS celos. Es difícil de explicar y no tengo más tiempo, porque estoy castigada y me sacaron la compu, así que me escapé y escribí esto apuradita asi que no creo que tenga mucho sentido, pero bueno, si lo leés querida ella, ya sabés que es para vos. Te quiero mucho  ♥

martes, 18 de septiembre de 2012

Estoy sintiendo que mi intimidad está siendo totalmente violada. Hablo de la libertad de pensamiento, la libertad de expresión como se usa decir ahora. Soy adolescente, necesito canalizar lo que me pasa de alguna forma. Quizás una red social no es lo más adecuado, lo sé. Hablo de intimidad cuando lo estoy subiendo a la web, es casi ilógico, ¿no? Pero creo que de eso se trata, no soy la única loca con ganas de expresarme, no soy la única loca que usa el Twitter para descargarse. Es un método por el cual uno no se da cuenta realmente de cuán loco está, de cuánto lo consume la rutina, las vivencias, los desamores, las situaciones buenas y malas de la vida. Sino necesitaríamos terapia. Bueno, de hecho yo la necesito pero no quiero entrar en tema. Creo que me arrepiento de no haber tenido privacidad antes, o de, por sumar followers dejé que gente del círculo cercano a mi familia me siguiera, creo que es un error que vean tan de cerca lo que realmente soy. Digo, las personas a las que no les quiero mostrar lo que realmente soy. Y aunque lo acepte, que todo mundo sepa cuán histérica, egoísta, egocéntrica, soberbia, orgullosa, y muchos defectos más, que soy, no me gusta, me siento… invadida, si, ésa es la palabra, invasión. Lo que más me sorprende de mí misma es que le estoy restando interés a aquellas cosas por las cuales hubiese llorado por horas hace unos años. Sigo siendo la misma persona dramática para algunas cosas, pero ¿será que no me interesa? ¿será acaso que ya aprendí a controlar el stress? Aumenta mi ego que me den tanta importancia. Si es una situación tan estúpida como la que dicen estar planteando, no entiendo el por qué los gritos, los ojos rojos y llenos de lágrimas. ¿Tanto les importo?