Vistas de página en total

domingo, 2 de febrero de 2014

 ¿Por qué algunas personas se empeñan por hacernos daño? ¿Será quizás que no les importamos ni siquiera lo suficiente como para saber lo que nos hace mal? Un suspiro, y no saber qué pensar, no saber cómo manejar sentimientos impotentes, que de nada sirven pero sin embargo se encargan de permanecer en nuestros cuerpos y almas.
 O quizás es el simple deseo de una persona ilusa como yo me considero, de querer ser una buena persona, e inevitablemente serlo hasta con la persona más mierda. Y en lugar de juzgar, tratar de convertir ese defecto en virtud (y cuando no se logra, de forma mágica enamorarme de ese defecto). Pero me hace mal, todo me hace mal. Tal vez lo que yo creía que le iba a doler al otro termina sólo perjudicándome a mí.
 ¿Por qué dejé que esto pasara? ¿Por qué dejé que este sentimiento se apodere de mí? No lo necesitaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario