Vistas de página en total

domingo, 23 de febrero de 2014

Barreras represivas*

Cómo es la mente, ¿no? Uno se pone una auto-barrera para no sentir cosas y... sabe que si las libera las va a sentir. Represión. Creo que justamente nos ponemos ese tipo de barreras para no aceptar las cosas que sentimos. Un claro problema de aceptación. ¿Qué sentido tendría liberar esas cosas que nos provocarían problemas o dudas? Todo el tiempo estamos limitándonos a nosotros mismos, a nuestros pensamientos, a nuestros sentimientos, mientras que solemos criticar el manejo de los mismos que utiliza la sociedad como códigos, o incluso nuestros padres al mando, pero cada vez confirmo más que nuestro propio enemigo no es más que uno Al fin y al cabo, uno puede liberarse de esos límites, hacer lo que quiera cuando quiera, decir lo que siente cuando lo siente, y sin embargo hay algo adentro nuestro que está en el momento indicado para decirnos "no, no da". Y lo respetamos, no sé por qué, pero lo hacemos. También supongo que es un poco parte de los códigos mismos de la sociedad, de estar en una especie de civilización o estructura, mejor dicho, como para estar organizados de alguna forma. Si nos ponemos a imaginar un momento, si todos hiciéramos lo que quisiéramos, expresáramos opiniones o sentimientos cada vez que pensamos o sentimos, sería un poco un caos. Adentro nuestro no hay más que confusión, creo que también debe ser por eso que somos tan dependientes del auto-boicot.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Bailarines*

 Hay algo que me molesta mucho de los bailarines: el caretaje. Tenemos esa costumbre y hasta diría necesidad de mostrar nuestros logros (y me incluyo). Claros ejemplos son las fotos, no hay nadie que baile que no tenga una foto en Facebook con la pierna para arriba, abierto de piernas o típico atardecer en la playa haciendo un salto.
 Si yo fuera otra persona, me consideraría una idiota, porque francamente es una gomada, pero sin embargo se me hace inevitable hacerlo. Pienso... onda que mi mamá, odontólogo, no sube fotos sacándole un diente a sus pacientes, ni un médico publica ´acá, operanding´. Pero nosotros sí, tenemos que poner una foto haciendo un detireé porque queda lindo. O quizás lo hacemos porque sabemos todo lo que nos costó llegar a hacer esa mierda y estamos cansados de que el mundo subestime nuestra carrera, no sé, habría que analizarlo en profundidad, qué se yo, pero no me gusta eso de los bailarines, aunque siga siendo parte de la gomada.

domingo, 2 de febrero de 2014

 ¿Por qué algunas personas se empeñan por hacernos daño? ¿Será quizás que no les importamos ni siquiera lo suficiente como para saber lo que nos hace mal? Un suspiro, y no saber qué pensar, no saber cómo manejar sentimientos impotentes, que de nada sirven pero sin embargo se encargan de permanecer en nuestros cuerpos y almas.
 O quizás es el simple deseo de una persona ilusa como yo me considero, de querer ser una buena persona, e inevitablemente serlo hasta con la persona más mierda. Y en lugar de juzgar, tratar de convertir ese defecto en virtud (y cuando no se logra, de forma mágica enamorarme de ese defecto). Pero me hace mal, todo me hace mal. Tal vez lo que yo creía que le iba a doler al otro termina sólo perjudicándome a mí.
 ¿Por qué dejé que esto pasara? ¿Por qué dejé que este sentimiento se apodere de mí? No lo necesitaba.