El ser humano tiene dos pulsiones: la pulsión de vida, y
la pulsión de muerte. Son dos fuerzas opuestas e innatas que están
perfectamente equilibradas. Por un lado, la pulsión de vida se relaciona con la
obtención del placer, como por ejemplo comer, besar, soñar, tener sexo;
mientras que la pulsión de muerte es una tendencia destructiva que se ve
exigida a repetir situaciones dolorosas. Cuando la pulsión de muerte es mayor,
se produce un desequilibrio emocional. Es importante destacar que ambas
pulsiones son inconscientes.
Aprendí esto hace muy poco tiempo, y con esto quiero que
se tome consciencia de que “estar triste” es normal, porque es parte de la
vida, pero el desequilibrio emocional es más que eso. Hay personas que ante el
desequilibrio emocional tenemos variaciones en la parte neurológica y accedemos
a psicofármacos para equilibrar la parte química. Puede tener que ver con la
genética o no, y hay diferentes diagnósticos para las amplias enfermedades
mentales que hoy existen.
Como persona con trastornos de personalidad, pido,
ruego, que dejen de romantizar las enfermedades mentales, de hacer chistes, que
autodiagnosticarse. Esto es horrible.