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domingo, 23 de noviembre de 2014

Sangre adolescente*

 No tiene que ver con la utilidad ni con la función. Ella lo sabía muy bien, no tenía ningún sentido ni lógica cortarse. No ayuda a los problemas, ni mucho menos a sus soluciones. Pero no podía más, ella no podía más y sus lágrimas brotaban, sus sollozos retumbaban, una vez más, en la casa vacía. Ella sabía que su única salvación era ella misma, y también sabía que no quería morir, sólo quería que las cosas sean distintas, y las cosas estaban más allá. No sabía cómo, pero después de mucho tiempo, ella volvía a tener en la mano una hoja de afeitar. Lloraba y gritaba. No puedo. No puedo. A ella no le entraba la angustia y la tenía que sacar. La sangre corría por su muñeca izquierda, y las lágrimas se iban secando. La respiración acelerada se calmaba y ella empezaó a pensar de nuevo. Se secó las lágrimas, fue al baño y lavó la herida. La futura cicatríz no la hacía feliz.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

La malhumorada*

Nadie me entiende a mí. Todo el mundo parece ser mucho más comprensivo con todo el resto de las cosas. Nadie soporta que yo haga las cosas mal, que yo juzgue, que yo me equivoque, que yo tarde, que yo sufra, que yo colapse. Nadie entiende que el cuerpo habla lo que el alma calla. Nadie entiende que mi cuerpo está gritando, que yo estoy gritando, ¡que no puedo más! Que tengo malhumor, que todo se me viene encima, que tengo cosas que terminar, que tengo ropa tirada, que tengo letras sin aprender, que no me sé ninguna coreografía, que tengo ensayos, que tengo funciones, que tengo fechas, que tengo grupos a cargo, que tengo una carrera a cargo, que quiero cuidar mi alimentación, que el espejo me trastorna, que me gusta escuchar a los demás, que atraigo gente tóxica, que no tengo energías, que en los últimos días fui tres veces al médico, que si no es la anemia, es el ayuno, que si no es el atracón, que si no es hacer las cosas bien, es hacer las cosas mal, que al final a mí todo lo que me importa es la plata, dice mamá, y a mí lo único que me importa, es hacer realidad mis sueños, pero al final, es otro año y yo volví a hacer las cosas por la mitad. Y sí, al final la mierda soy yo, la oveja negra de la familia, que sólo se queja de lo que hacen los demás, porque me indigno si los platos están mal lavados, pero claro, si yo los dejo mal lavados, hay que escucharlos. Que lloro por melodramática, y siempre tengo cara de culo. Que no tengo amigos. O que todos mis amigos son putos (como si eso tuviera algo que ver, ¿no?). Que si contesto mal, soy una mierda, pero cuando yo estoy como la mierda nadie está. Que no puedo tener un mal día. Que nadie al final del día me pregunta cómo estoy, o sí, pero no me queda más remedio que decir que está todo tranquilo, cuando es todo lo contrario, ¿pero a quién le interesa todo el vómito verbal? Que te hubiera acompañado a hacerte la ecografía, así no ibas sola. Mentira, porque le da miedo viajar en colectivo, y no sé qué otras cosas, que no importa, pero es preocupante, claro, no tanto como para dormir una buena siesta. Que cada quien tiene sus problemas y a nadie deben interesarle los míos, pero POR FAVOR, déjenme llorar que estoy stressada. Que grito, me violento, que mi hermanita me sobra como si tuviera cinco años más que yo y me saca todos los nervios de punta, que termino en el medio de la cocina llorando con ruido hasta que Pandora me aparece al lado con cara de es mi cumpleaños, no llores. Que mamá se pone de mal humor porque el ensayo terminó diez y media y esperaron en el auto, porque soy una chica y no voy a volver de noche sola, que papá siempre está callado. Que tengo sueño, hace dos noches que no duermo porque tengo dolores intensos, pero a nadie le importa eso, y menos aún a los directivos de la Facultad, cuando mañana vaya a hablar porque puede que me haya quedado libre. Y miren si tengo que hacer todo el año de nuevo porque me dolía la panza. Pero bueno, mi útero está bien y puedo ser mamá. ¿Cómo mierda voy a ser mamá? Es imposible. El kiosquero me dio mal el vuelto y me cagó $50, porque soy una estúpida que le hace honor a su rubio natural. Hoy era el peor día para darme el permitido y comerme esas galletitas de avena con chocolate, pero lo hice igual. Mañana es el último ensayo antes de la muestra y la coreo de las nenas sale horrible, que es el ensayo en el Teatro de Capital y también se vienen los finales de la facultad, y no sé nada. Que el lunes es la muestra y no tengo el vestuario, porque tenía que ir a comprar la tela y no fui, porque anoche no dormí y cuando pude hacerlo me quedé dormida, la casa era un lío tremendo y fui corriendo a la ginecóloga para que me dé la solución a uno de mis catorce mil problemas. 
 Perdón gente, perdón por ser tan imperfecta. Y sí, lo digo con sarcasmo, porque todo el tiempo me estoy dando cuenta de lo mierda que soy, y no puedo solucionarlo hasta que no tenga tiempo, ¡no puedo más! Y sé que nadie me entiende pero POR FAVOR. La malhumorada sólo ve lo malo en los demás, nadie ve por qué la malhumorada está mal.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

La misma gorda de siempre*

  "Ya llegó demasiado lejos" pensó ella mientras se limpiaba la boca con su mano derecha. Su cuerpo flaqueaba en el suelo de su habitación, y una media sucia ocultaba su vergüenza más reciente. Era a todo o nada, y ella lo sabía muy bien. Había algo que no la dejaba hacer las cosas bien. Si hacía oídos sordos a esas voces, terminaba de cuclillas en el baño. Aunque últimamente, ya no existía la intimidad del baño y el silencio. Ahora sólo necesitaba un lugar en donde poder sacar las palabras que se tragaba, y la comida... Un cesto, la ducha, la calle o por último, la ropa sucia. No daba para más. "No estoy enferma". Sabía que no estaba enferma, no podría caer en algo tan absurdo como eso, no. Son sólo unos días, son nervios acumulados, es stress. Ella no impulsaba el vómito, ya no. Su cuerpo lo asimilaba solo porque... por todas las razones antes nombradas, no es que ella estuviera enferma, no. No estaba conforme con su cuerpo, lo odiaba, se odiaba por ser portadora del mismo. Las costillas que días atrás sobresalían de su pequeña cintura se encontraban ocultas, tapadas por grasa, porque la última semana decidió volver a comer. 
  "Ahora todos están contentos, ¿no? Volví a comer, ¡volví a ser la misma gorda de mierda de siempre! ¿FELICES?" repetía en silencio mientras se miraba en el espejo. Sus lágrimas eran cada vez más y dejó caer su cuerpo al suelo una vez más. Lloraba con angustia, y con la media sucia al lado.

martes, 4 de noviembre de 2014

Sin héroes*

Me falta pasión, y hay algo dentro mío que me consume poco a poco. Un "algo" que me hace odiarlo todo. No sé lo que quiero, no sé lo que elijo, no sé por qué lo hago, no sé qué gano, ni sé qué pierdo. No sé dónde estoy ni dónde quiero estar. Lo único que sé es que esto no es, que me siento perdida necesitando un tiempo que se me está escapando de las manos con sólo pensarlo. Una montaña de cosas que hacer, problemas que solucionar, deseos que soñar, vida que disfrutar, pero no puedo, como si me encontrara en un estado de pausa, un stand by que no decidí. Como si yo misma fuera parte de mi propia rutina, aunque en verdad debería ser al revés. Y esta vez, no hay nadie que quiera salvarme. 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Gorda. Se nota que te sobran unos cuatro o cinco ki-li-tos. Vaca. Lo que te alimenta, te mata. No soportás una dieta. No podrías estar sin comer. Es todo o no es nada. Vómito cósmico. Hacé las cosas bien. Control. Ayuno. Aliento a desnutrición. Inútil. No servís para nada. Nunca vas a poder tener el cuerpo que querés, ya sos así. Estás enferma. Sólo querés llamar la atención. Perfección. Metabolismo. No bajes tu cabeza, tu corona podría caerse. Qué flaquita que estás. ¿Para qué querés hacer dieta si la vas a romper? Soledad. A nadie le importa. No te da la cabeza. Estás loca, no gorda. Gorda de mierda. Qué lindas clavículas. A nadie le importa. Sos una estúpida. No voy a hablar sobre peso. La verdad que estás excedida un poco de peso. Light. Si almuerzo, no cenaré. A nadie le gusta un saco de huesos. Amo las personas flacas, pero a vos te queda mal. A vos todo te queda mal. Sos la decepción de todo el mundo.¡BASTA! Egoísta. Te amo hasta los huesos. Atracón. ¿Lo que querés ahora o lo que deseás para siempre? Déjenme sola. Lo tengo bajo control. Son sólo unos kilos y lo dejo. Mareos. Lágrima. Poder. Estás linda. Todas envidiamos tu lomo. Qué raro siempre comiendo vos.Si, obvio, lo que vos digas. ¿Qué te pasa? Tenés que comer más sano. Tenés que comer. Sos una débil. ¿Cuánto pesás? Su mente es débil, tan sólo quiere ser bella. Chocolate. Todo lo que digas puede ser utilizado en tu contra. El esfuerzo vale la pena. Si te ruge el estómago, sentite fuerte. No lo estás intentando. Es preferible comer cinco comidas de cien calorías que una de quinientas. Para ser perfecta, hay que ser alta y flaca, no podés ser la más alta pero... ¿por qué no la más flaca? Quiero tener el cuerpo de antes. ¿Estoy más gorda? ¿estoy más flaca? Meté panza para la foto. No sonrías, tenés muchos cachetes. Maquillate las clavículas. Cerrá la boca. Es todo una mentira Hacé más ejercicio. Nadie te quiere. Sos una basura, ni siquiera respetás tus propios deseos. Metas fijas. No podés. No podés. NO PODÉS.