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martes, 12 de enero de 2016

Solía ser... *

 Solía ser una chica soñadora. Muy soñadora. Empezando desde chiquita, cuando decía que quería ser princesa si me preguntaban qué quería ser de grande. Soñaba con ser la protagonista de una historia de Disney, y más tarde, con ser la actríz que interpretara a esa protagonista. Solía soñar con trabajar con Cris Morena, porque algo en mí me decía que tenía esa luz. Solía ser una chica que disfrutaba de todo, pero sobre todas las cosas, de estar arriba de un escenario y de tomar clases que me entusiasmaban. Solía llegar temprano, y volver para seguir ensayando en casa. Solía ser una chica que disfrutaba bailar sin pensar, elongar por placer e inventar coreografías. Solía soñar con ser de las que "bailan atrás" (más tarde aprendería que se llama ensamble) en los programas de televisión o en el teatro. Cabe aclarar, no atrás de Tinelli, sino en programas como Tu cara me suena u Operación Triunfo. Solía ser una chica con mucha imaginación. Solía dibujar. Solía escribir, primero fueron unos cuentos para el colegio, y más tarde se me ocurrían más y más ideas que luego lograrían ser cuentos propios, que también luego lograrían ganar concursos literarios. Y empecé a escribir mi novela. Y tenía un blog. Y la gente lo leía. Y lo halagaba. Y de repente iban creciendo las visitas, yo iba escribiendo más. Y pasaron los años y seguí escribiendo (aunque cada vez menos). Ya no participaba en concursos, y mi novela estaba en stand by, porque mientras tanto yo seguía viviendo y ya saben, la adolescencia no es nada fácil, y menos para una Drama Queen. A pesar de eso, me llegaban mensajes de varias personas que seguían motivándome y solía leer "me sentí identificada con tu entrada" "me encanta cómo describís lo que siento". Y les aseguro que no hay sensación más gratificante que el saber que a alguien le llega lo que hacés, más para un artista, porque después de todo, es lo que me considero. Escribiendo, bailando, cantando, o actuando (dibujando lo descarto porque ya casi no lo hago, y nunca pude expresar realmente algo). 
 Extraño un poco a esa chica. A la que no le importaba lo que piensen los demás, sólo irradiaba luz, y no le importaba que la tilden de cursi por ser fanática de Cris Morena. Varias veces tuve que escuchar "la vida no es una novela de Cris Morena, Dinora. Hacete responsable de una vez". ¿Y saben? Me hice responsable. Pero perdí todo lo demás. Y a veces vuelvo a ser aquella, cuando estoy arriba de un escenario, o cuando desempolvo la novela para escribir un capitulito más, y jodo a alguien para que la lea y me opine, o cuando leo comentarios viejos, de esos que te hacen sonreír y dicen "siempre te leo". A la que no tenía técnica, pero bailaba por toda la casa. A la que estaba horas y horas ensayando y no se quejaba por las malas organizaciones institucionales o lo cara que es la cuota. A la que la pasión la manejaba y no le importaba tener que viajar tres horas de ida y tres horas de vuelta para hacer  lo que le gustaba. Extraño a la soñadora porque... me extraño a mí. Extraño disfrutar sin pensar. Extraño esa inspiración de todas las noches para escribir. Extraño que me miren y me digan "sos talentosa, tenés futuro", porque la de ahora se esconde y está perdida. Extraño los comentarios de "estoy esperando tu novela". Me extraño.