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lunes, 30 de diciembre de 2013

2013 *

 Bueno, es hora de despedirse de este año, supongo. Un año más en que hacemos un balance, porque no podríamos pasar a algo nuevo sin analizar el algo viejo ¿no? Aunque no quiera despedirme, es tiempo. No porque haya sido bueno, sino porque ni siquiera vale la pena, o al menos eso pensaba del 2013 hasta que me puse a pensar en los primeros meses, en las oportunidades, en el crecimiento. Y si, puede que mayoritariamente haya sido una mierda, con perdón del vocabulario, pero... de todo se aprende.
 En fin, no estoy acá escribiendo para darles una clase de positivismo, porque justamente soy todo lo contrario, pero un simple panorama de lo que fue mi año para sacar conclusiones. Como todos los años, uno empieza con la esperanza de que va a ser mejor que el anterior, y no sé si es un problema karmático que yo tengo con los números impares, o es mera casualidad que todos los años impares son horribles desde algún punto. Claro, la vida es un equilibrio. Pues bien, empecemos. Antes que nada una de las mejores cosas que me pasó fue el poder dedicarme un cien por ciento a lo que realmente amo. Dejar de lado el colegio para utilizar todo mi tiempo en prepararme y formarme para lo que quiero ser creo que no tiene precio. Pero lamentablemente no pude aprovecharlo de una manera hermosa tal como suena. El viaje, tres horas para llegar y cursar cinco horas prácticas bailando, para volver a viajar tres y tomar otras clases. Subestimé demasiado a mi cuerpo y, aunque no lo crean, a mi mente. No pude con tanto, fui irregular, irresponsable, y algunos adjetivos más con i, como inútil, también. Pero de los errores se aprende, dicen.
 En el año 2013 conseguí mi primer personaje en una obra musical, y también obtuve mi primer sueldo como actríz/cantante. Hada madrina en Cenicienta, una oportunidad que nunca voy a olvidar, y que disfruté muchísimo. A pesar de tener nervios al principio, la sonrisa de los niños cuando te saludan y le tiran de la campera a mamá para sacarse una foto con el Hada, les juro que no hay sensación más hermosa en el mundo. En realidad no hay sensación comparada con estar arriba de un escenario. Y la danza me abrió paso para poder crecer y tener el personaje de servilleta, que tanto anhelaba con el deseo en años anteriores (cabe aclarar que era en la Bella y la Bestia, donde en el Castillo son todos objetos inanimados, sino parece que estoy contenta por hacer de árbol).
 También me dí oportunidades a mí misma, de crecer, de liberarme, de salir. En años anteriores me había auto impuesto algunas reglas, varias prohibiciones, y este año pude entender que, como dice la canción, mucho de lo que está prohibido me hace feliz. Supongo que también fue un poco gracias a terapia, ya un año desde que empecé. Y si, sigo loca, pero me alegra haber caído en manos de la psicología, porque más que solucionar problemas, pude conocerme a mí misma, y eso es verdaderamente importante para poder decidir lo que uno quiere hacer.
 Y lloré, sufrí, grité, fue un año en el que reinó la amargura. Amores del pasado que siguen dando vueltas, amores nuevos que dejan cicatrices, y decisiones por tomar. Este año, en lo que respecta al amor, me pasó algo extraño que hacía mucho no me pasaba: alguien se enamoró de mí. Bah, no sé en realidad. Pero me ama, y es difícil lidiar con eso cuando ni siquiera uno tiene el valor de amarse a sí mismo (y no me refiero al narcisismo, sino al modo estándar de auto estima que no poseo). 
 Pero de lo que más estoy agradecida, es que el 2013 me regaló varias personas que hoy están completamente en mi vida, que llegaron con su positivismo a ayudarme y sacarme sonrisas. 
 En el año 2013 me atreví a soñar un poco más, a escalar más alto, a arriesgarme, porque total... ¿qué puedo perder? Dejé de lado todos los comentarios tales como ´sos gorda, no podés bailar´ y me animé a bailar un dúo, por ejemplo. Un dúo que le voló la cabeza a más de uno (incluyéndome). Me atreví a agarrar canciones y puestas que las hacen personas mucho más talentosas y preparadas que yo, y hacerlas yo. Porque total... ¿qué puedo perder? Me atreví a estudiar lo que amo, porque sé muy bien quién soy y a donde quiero llegar. Dí mis propias clases, trabajé con niñas dando un curso de Violetta, trabajé para la Municipalidad de Berisso haciendo lo que me gusta, y sobre todo, seguí creciendo en lo artístico.
 Y si, no todo es color de rosas ni cuentos con finales felices, lamentablemente. Pero yo soy una princesa, y no me importa lo que digan. Si es inmaduro, idiota o un montón de más cosas con i. Yo sé que los sueños se pueden hacer realidad. Lamentablemente en este año me ganó el bajón, la tristeza que se apodera de mi cuerpo a veces sin causa ni sentido, pero si sobreviví otro año más....
 Brindo por cada uno de ustedes, los que siempre me leen, ¡gracias! Me hacen feliz. 
 A cada una de las personas que entró o salió de mi vida en este año, les deseo lo mejor, porque no le deseo el mal a nadie, el rulo siempre vuelve, así que la vida se encarga.
 A mis amigos, a los de verdad, y a los de mentira. Descubrí a quién tengo verdaderamente y en quiénes no puedo confiar.
 A mi familia, que no termina de conocerme porque no me doy a conocer, fue un año bastante mierda en este aspecto, pero la familia no se elige, a seguir luchando.
 Y brindo, sobre todo, por un 2014 lleno de sueños, amor, y felicidad ♥

viernes, 13 de diciembre de 2013

Un día de terapia*

 Cuando imaginaba cómo era ir a terapia, creía que con el tiempo todos tus problemas tienen solución. Todos los problemas con los que habías ido, porque ése era el fin, solucionarlos. Pero terminás revolviendo mierda, y una cosa saca a la otra. Y no, quizás no resuelvas esos problemas y encima te encuentres con problemas nuevos, pero te conocés a vos mismo. Y así como ocultás parte tuya a los demás, también te ocultás de vos.
 Ocultamos cosas porque todos tenemos secretos, y los secretos son parte de nosotros mismos. Y a veces ocultamos cosas porque nos hacen mal, porque no las superamos y quedan ahí, olvidadas, en un rincón de la mente y del corazón. Y vuelven. El rulo siempre vuelve. Y si realmente no queremos ese rulo... ¿qué hacer?





- ¿Y vos por qué te guardás las cosas Dinora?
- Porque todo el tiempo estoy mal, y si lo digo, si lo demuestro, la gente se aleja y me quedo sola.













domingo, 8 de diciembre de 2013

 Tengo mucho miedo ¿saben? Mucho.
 Porque el tiempo pasa rápido. El tiempo pasó. Estamos en diciembre, y se me juntaron las deudas acumuladas.
 No puedo. Es mucha presión.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Conformismo: ¿el camino fácil o el camino difícil? *

 ¿El camino fácil o el camino difícil? En general me quejo, estoy triste, quiero cosas que no tengo y no me siento en el lugar correcto, ¿y saben por qué es? Porque soy de las pocas personas que eligen el camino difícil. 
 Yo podría estudiar una carrera universitaria común y corriente, abogacía o quizás psicología ya que me gusta tanto andar psicoanalizando todo, o tal vez letras. Pero no, decidí estudiar danza y teatro, y correr el riesgo de que me vaya mal.
 Yo podría estar con una persona que no amo sólo porque sé que me ama, pero decidí aferrarme a un amor desde los doce años.
 Yo podría elegir vivir en una mentira, vivir en la comodidad, ¿pero saben? eso no me haría feliz.
 Nada es fácil en la vida, o al menos nada de lo que realmente vale la pena es fácil, pero no por eso voy a elegir lo cómodo. Prefiero sufrir toda la vida antes de conformarme con algo que tengo si no me hace realmente feliz. 
 Podría recibirme de abogada o psicóloga, pero me pasaría la vida resolviendo casos o escuchando personas, y no es lo que quiero para mi vida. Podría recibirme de Licenciada en Letras, y sin embargo lo único que puede hacerme feliz es publicar la novela que estoy escribiendo ahora. Pero prefiero sufrir porque no me sale un buen tandeu, porque mi pierna no sube más de 90 grados o porque mi papá nunca me va a ver a ningún lado. Prefiero ser una gorda a la que juzgan porque no estudia nada de verdad. Prefiero ser esa chica bohemia que pretende vivir del arte y no es talentosa. ¿Saben por qué? Porque prefiero fumarme el camino difícil y si nunca llego, saber que hice lo correcto por mi felicidad, saber que luché por mis sueños y no me quedé sentada, estudiando abogacía, o psicología, o letras, cómoda, infeliz. Prefiero ser infeliz en el proceso que infeliz en el resultado.
 Podría ser la persona correcta que mi familia pretende que sea, podría ser educada, callarme mis opiniones, contarle al resto de la familia cómo fue mi día, ser perfecta, sería una convivencia sin discusiones, ¿pero saben? Prefiero ser la oveja negra de la familia, porque al fin y al cabo es lo que soy, y esa es la verdad. No quiero vivir en la mentira. La mentira nunca te puede hacer feliz.
 Si chicos, quizás el camino difícil sea el más largo y doloroso, pero creo que vale la pena, porque la comodidad y la mentira sólo lo perjudican a uno. Decidir quién quiero ser y cómo quiero ser es lo mejor, y si sufro, sufro. Al fin y al cabo, si estoy escribiendo esto con lágrimas en los ojos es porque realmente me pasa. Pero después veo el resultado de la vida, y sé que vivo en plena verdad conmigo misma, no pretendo que nadie más me entienda.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Me siento como si dependiera de un sólo hilo. Al borde del abismo, una vez más. De mi propio abismo.
Una cosa es psicoanalizarte a vos mismo, entender el por qué de tus acciones más profundas, pensar causas y consecuencias de tus actos, conocer tus errores, entenderlos, aceptarlos y hacer una auto crítica. Otra cosa muy diferente es chocarte con la realidad del pensamiento de los demás. Y no hablo del qué dirán de la sociedad en general, hablo de la mirada fría y crítica de la gente que nos rodea, del cercano, del amigo, del familiar.
 Hacés todo por la mitad, sos egoísta, idiota, gorda, irresponsable, solitaria, te encerrás en vos misma, no demostrás. 
 No. No puedo.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Let it be*

 Y de repente me encontré haciendo un balance del año, como si estuviera por terminar, cuando aún quedan arduas semanas de trabajo intenso, cuando faltan los finales, cuando faltan las muestras, cuando falta todo lo que sería ultimar detalles. 
 2013 podría haber sido un gran año si aprovechaba el tiempo, pero muy preocupada por el paso del mismo, lo dejé ir, sin el esfuerzo suficiente, sin valentía, sin coraje, sin nada de lo que me pueda orgullecer. Fui acumulando ropa sucia todo el año (metáfora), esperando cambios sin pisar distinto. 
 Al menos puedo reconocerlo, creo que esto es un gran paso, para mejorar. Aunque toda la vida sea dependiente de una rutina y sea siempre una esclava del tiempo, sé que para el año que viene una de mis metas va a ser organizar mis tiempos para poder cumplir con esa rutina con total y completa responsabilidad, y cumplir con todo, no por la mitad como este año.
 Aprendí, lloré, viví. Eso seguro, no de la mejor forma, no al máximo. Estoy segura de que si me hubiese esforzado un poco más en mis responsabilidades, hoy la recompensa sería mucho mayor, pero no lo hice, perdí tiempo.
 De todos modos conseguí grandes cosas, estoy segura de que hoy estoy un escaloncito más arriba en mi carrera (aunque me falte muchísimo), que tengo las herramientas para ser quién y cómo quiero ser, sólo tengo que ajustar un poco mi mente y volver a aquella fuerza de voluntad que tenía a los 12, 13 años. Fijar más mis metas, no vacilar con tantas dudas. Porque las tengo, y es humano y es normal. Poder aceptar eso, poder ir aprendiendo con el tiempo e ir siendo cada día un poco más lo que quiero ser y dejar de lado lo que soy.
 Dejar de pensar cómo puedo ser feliz y empezar a ser feliz. Con las pequeñas cosas. Y no, el positivismo no es mi fuerte, creo que este blog lo sabe más que nadie, pero intentar. Caerme y levantarme, dejar de mirar el mundo desde abajo, crecer, sentir, vivir pero de verdad. 
 Tener ganas de más, inspirarme, inspirar, terminar viejos proyectos, comenzar nuevos, encontrar el amor (¡de una vez por favor!), dejar de pensar un poco, dejar de rotular las cosas, dejar de psicoanalisar a los demás y a mí misma, dejarlo ser.

lunes, 18 de noviembre de 2013

D(ramática) I(nfeliz) N(egativa)O (scura) R(ealista) A(complejada)*

Gorda. Irresponsable. Melodramática. Autocrítica. Tarada. Insuficiente. Egoísta. Acomplejada. Baja autoestima. Depresiva. Débil. Ilusa. Enamoradiza. Triste. Silenciosa. Sufrida. Víctima. Falsa. Mentirosa. Infeliz. Culpable. Psicológica. Imperfecta. Fea.

domingo, 17 de noviembre de 2013

"Hay que bancarse la meseta" dice siempre Juli, la profesora de Jazz. Con meseta se refiere a esa sensación de estar estancado, ese momento en el que no tenés ni avance ni retroceso en el proceso del aprendizaje, en este caso.
A veces siento que mi vida es una meseta constante. Que se vuelve rutinaria, que no me satisface, que no me llena, que no me cambia. Que hago todos los días lo mismo porque así lo dice mi agenda. Me levanto, desayuno, viajo, curso, almuerzo, viajo, me quejo de la rutina, y volvemos a empezar.
Vivo sin sentido, vivo porque es así. Vivo sin ganas de vivir.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hola Noviembre*

 Noviembre. Mes de caos, de cambio, de movimientos, mes de presiones.
 Noviembre. A dos meses del verano, lo que implica: vacaciones, menos ropa, maya, calor. Lo que nos recuerda que tenemos que adelgazar URGENTE.
 Noviembre. A dos meses del descanso, pero los dos meses más arduos.
 Noviembre es el mes en el que tenés que lavar la ropa sucia que venís acumulando desde marzo, como diría metafóricamente un amigo mío. Hacerte responsable de tus irresponsabilidades, ponerle el pecho a las balas, hacerte cargo de los problemas para darles una solución y así, a fines de diciembre, puedas tomarte el descanso que merecés sin ningún tipo de presión.
Noviembre, que nos recibe así, con una hermosa lluvia. Quizás queriendo decir que esta vez quiere ser distinto, que quiere que lo dejemos ser, pero sin embargo siempre va a estar ligado a la presión.
Noviembre.

miércoles, 16 de octubre de 2013

¿Saltar o no saltar?

 ¿Qué pasaría si yo abandonara todo?
 ¿Qué pasaría si me rindiera ante mis propias adversidades?
 ¿Qué pasaría si, de una vez por todas, me tiro al abismo?
 Abandonaría mis sueños, dejaría de lado mis luchas, me olvidaría de mis esfuerzos para ponerle paz a todo esto. Dejaría de pensar en el tiempo, me olvidaría de las rutinas, dejaría que el dolor se esfume tras esos recuerdos que me hicieron mal.
 Abandonaría mis expectativas, mis metas, mi futuro. No habría servido de nada planificar mi vida, contar los días, sufrir porque no voy a terminar mi carrera en cuatro años sino en cinco. Porque no existiría más el tiempo. No habría servido de nada esperar tanto a ese príncipe que me de un final feliz, ni tener decididos los nombres de mis cuatro hijos, porque ninguna de estas cosas existiría. 
 No habría servido de nada el casi año de terapia, ni el dinero que gasté en mi formación artística (y no me quiero poner a pensar en cuánto fue). No habría servido de nada tener amigos, porque los estaría abandonando. Pero, pensándolo bien, ¿nunca me abandonaron ellos a mí?
 No habría servido de nada enamorarme hasta que mi corazón se destroce por completo. Aunque pensándolo bien, eso fue lo que me hizo sentir. No hubieran servido de nada las lágrimas derramadas, ni las sonrisas fingidas.
 No habrían servido de nada las discusiones con mamá, las ganas de mudarme sola, porque nunca llegaría a hacerlo. No habrían servido de nada esos ahorros para irme lejos, ni habría servido de nada gastarlos en prendas o helado. No habrían servido de nada mis ganas de adelgazar, ni mis atracones.
 Si yo me tirara al vacío, no quedaría nada más que esto... Un par de palabras, un par de dibujos que dejo ahí en mi carpeta, un par de cartas que nunca voy a entregar, un par de canciones que quise cantar. 
 Si yo pudiera ponerle fin a esto, ya nada me ataría. SERÍA LIBRE.




                                                                                               ¿Es una forma de huír o un acto de libertad?

martes, 15 de octubre de 2013

Te veo, te hablo sin palabras. Me pregunto por qué no me buscaste, por qué vos, el amor de mi vida, no recorriste Cielo y Tierra para encontrarme, por qué, sabiendo dónde estaba, no me rescataste de mí... Te miro. ¿Qué decirte? ¿Qué decirnos si todo está dicho en nuestras miradas? ¿Por qué me hiciste caso? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? Te miro y ¿qué decirte? Los años pasaron para los dos. Te miro como puedo mirarte, y pude mirar a tantas personas y a la vez a nadie, porque estuve muerta todos estos años, porque vivo en vos y en esos fríos ojos negros. Te miro y vivo de nuevo. Te miro, me ahogo en dolor. Un segundo de vos y te vas. Te miro y muero.

viernes, 11 de octubre de 2013

Subjetividad, autocrítica y amor: seamos nosotros mismos*

 Qué extraño es el mundo de la subjetividad y de la autocomplacencia.
 Es extraño y hasta maravilloso saber que para alguien podemos ser la persona más perfecta del mundo, mientras que nosotros en nuestro reflejo nos odiamos.
 Y puede que el amor tenga que ver algo con eso, con el subjetivismo. Cuando de repente y sin sentido, nuestros defectos, para alguien, se convierten en virtudes, cuando nuestras defensas se vuelven bajas y podemos abrirnos a otro, cuando realmente nos damos a conocer.
 Amamos a quién nos ama pero no tanto como al que nos odia, es un gesto de mutilación hacia nosotros mismos que todos tenemos o tuvimos alguna vez. Porque no todos nos enamoramos de la persona indicada en el momento indicado, pero nos hemos abierto a muchas personas que no supieron amarnos como nosotros mismos. Y luego aparece el miedo, ese miedo a dejar que las barreras caigan una vez más, por miedo a ser heridos (una vez más).
 Nunca se sabe qué pueden amar de uno, y quizás, ese pensamiento que está allá, al fondo, sin ser expresado, es lo que puede cautivar al otro. ¿Por qué no empezar a ser realmente uno mismo, con nuestros pro y nuestros contra? Dejemos el miedo atrás para poder avanzar, para poder sentir.
 Y si sufrimos... ¡viva por eso! Estamos vivos, y el dolor es parte de la vida. Y si el dolor es parte de la vida, también es parte de nosotros. Mostrémonos tales cual somos, con esos dolores que nos torturan, con los amores que no podemos olvidar, con el malhumor que tenemos a la mañana, el enojo por el tránsito, el positivismo que trae un buen día, por los altibajos.
 Al fin y al cabo, lo que no se muestra va a morir con nosotros sin haberse dado a conocer.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Nuestra despedida*

 El amor que colgaba en la pared una vez significaba algo, pero ahora no significa nada. Los ecos en el pasillo se han ido, pero aún recuerdo el dolor de diciembre. Oh, no hay nada que se pueda decir. Lo siento, es demasiado tarde. Me estoy liberando de estos recuerdos, TENGO que olvidarlos, simplemente olvidarlos. He dicho adiós, los puse en el fuego (tengo que olvidarlos, simplemente olvidarlos).
 Volviste a encontrar mi ausencia, y ese lugar está vacío como el agujero que quedaba en mí, como si no fueramos nada absoluto. No es lo que significaba para mí, creía que estábamos destinados a estar juntos. Oh, no hay nada que se puede decir, lo siento, es demasiado tarde. Me estoy liberando de estos recuerdos, tengo que olvidarlos, simplemente olvidarlos. He dicho adiós, los puse en el fuego (tengo que olvidarlos, POR FAVOR, simplemente olvidarlos)
  Me olvidé de ellos y ahora sé que una nueva vida es por este camino. Y cuando está bien, siempre se sabe, así que esta vez no voy a olvidar.
 Sólo hay una cosa más que decir, el amor nunca es demasiado tarde.
 Me he liberado de esos recuerdos. Los he olvidado, los he olvidado.Y dos despedidas condujeron a esta nueva vida: NO ME OLVIDES, NO ME OLVIDES.


No te olvidaré
No me olvides

domingo, 6 de octubre de 2013

Violetta *

 Vengo a escribir acá, todavía con el vestuario rosa y la tintura platinada en el pelo. Sin sacarme el maquillaje, y con el peinado tirante. Con una pulserita que dice ´peligrosamente bella´ que voy a conservar de recuerdo, y con una sonrisa imborrable.
 Hace algunos meses una amiga de mi mamá confió en mí y me dejó a cargo la organización de un mini show ambientado en Violetta. Asumí esa responsabilidad con un poco de nervios, y los meses pasaron casi volando, y los ensayos ya no fueron de una hora sino de más, y los vestuarios, y las coreos, y los nevios.
 Y hoy se fue todo, y hoy pudimos brillar más que nunca. Siempre subestimé a Berisso, porque no me gusta y siento que no me puede dar lo que necesito, pero fue hermoso poder subirme al escenario de MI ciudad y demostrar lo que sé hacer, lo que tanto amo y necesito ♥
 Ludmila es uno de mis personajes favoritos, definitivamente. Tener una oportunidad como esta para mostrarme, para hacer lo que amo, es una sensación indescriptible realmente. Es algo jodido, qué se yo, a veces me siento mal (la mayoría de las veces) porque ser ´artista´ es algo muy bohemio, es inestable. Y la gente no confía. Pero después pasan cosas como esta, y te volvés del show lleno de energía, las nenas vienen a sacarse fotos con vos (aunque no estés en un teatro) y se van con una sonrisa porque ´Ludmi´ las saludó. O te paran los papás y abuelos para felicitarte.
 ¿Cómo no estar feliz? ¿Cómo no querer seguir viviendo de esto? Y no, no es por la plata. Gasté más en la peluquería haciendome el look de Ludmila que lo que gané, pero yo estoy emocionada por las sensaciones, por la oportunidad, por lo feliz que me hizo ver a las quince Reinitas Infantiles de cada colectividad cantando y bailando las coreografías de Violetta ahí sentaditas, con los ojos llenos de ilusión.
 Y eso hoy me llena el alma, y son pautas de que realmente estoy en el camino correcto. Que no me importa las veces que me digan gorda o inútil, o ´dejate de joder y andá a estudiar algo de verdad´ porque esto es lo que amo. Esto y NADA MÁS. Esto es lo que quiero ser y hacer toda mi vida, y quiero luchar por esto, luchar por mis sueños, que gracias a Dios se van cumpliendo poco a poco.
 GRACIAS a los chicos que me acompañaron en este proyecto. Tuve muy buenas críticas. Por el tiempo compartido, por los ensayos, por los sacrificios. Lamento mucho lo que pasó y el que hayan tenido que elegir. GRACIAS por haber elegido Violetta, no hubiese sido lo mismo sin ustedes.
 Y gracias a la gente que me apoya, a todos los que siempre me mandan buenas energías. A mi familia, que siempre está orgullosa de mí cuando estoy arriba de las tablas, y a pesar de todo me bancan.
 ++++++++++++++++++++++++++++++++++++ ♥

miércoles, 2 de octubre de 2013

Perderte de nuevo *

 Esta canción no pudo identificarme más porque no tenía tiempo, copado eh.

No había más que decir, había llegado el fin. Hacía dos años ya que no me la encontraba.
Y fue tan fuerte volver a verte, sufrí tanto tiempo por tí, basto mirarte, recuperarte y saber que te irías sin mí.
 Y fue tan fuerte volver a quererte, volver a creer en los dos, basto mirarte, volver a amarte para perderte de nuevo... amor.

lunes, 30 de septiembre de 2013

 Qué triste enterarse una noticia como la de Renzo. Tragedias inesperadas, finales insospechados. A veces es tan raro el círculo de la vida, hoy muchos se van, como él, y también muchos nacen.
 Pensar que hay muchas personas que quizás hoy estén pensando en quitarse la vida, que se dan por vencidos, que quieren morir. Y gente que estaba llena de vida, de juventud, de talento, de sueños, se nos va, por un accidente. Es horrible.
 Dios sabe a quién se lleva y por qué lo hace. Muchísima fuerza a la familia y amigos de Renzo Casali.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Black Hole *

 A veces la tristeza y el dolor, se convierten en nuestros lugares cómodos. Allí donde solos estamos, y solos nos entendemos. Donde nadie nos juzga por llorar, ni pretende que dejemos de hacerlo. Allí donde no tenemos que finjir. Pero al fin y al cabo, ese lugar es un agujero, un agujero negro en el cual nos aislamos, pero... ¿estamos solos porque nos aislamos? ¿o nos aislamos porque estamos solos?
 Nos escondemos, de la burla, de los demás, del sentimiento. Una y otra vez. Quizás alguien alguna vez viene a darte su mano, a sacarte de ese agujero en el que te metiste, pero esa mano se aleja, y volvés, volvés porque no tenés otro lugar a donde ir. Porque nadie puede escapar de su naturaleza, aunque quiera. Y menos aún si no tiene a nadie que le enseñe. Estar solo es feo, dicen. Pero tampoco es cuestión de confiar en todas las personas, porque después se van, ¡te aseguro que se van!








¿Qué paso con los buenos tiempos? ¿qué pasó con los momentos donde sentíamos mucho?
Quiero ir ahí, quiero saber donde está todo lo que significó algo para mí. Encontré esa caja de cartas que solían hacerme sonreír, pero ahora me siento sola. (Black Hole - Lindsay Lohan)

domingo, 22 de septiembre de 2013

El lazo de plata*

 Ovidio afirmaba que cualquier mujer puede ser conquistada, y Kierkegaard decía que sólo se trata de encontrar ese lazo de plata que lleva a su corazón. Con la estrategia indicada, algún día me va a amar tanto como yo. Aunque algunas estrategias son peligrosas.
 El lazo que lleva al corazón de una mujer existe. El problema es que ni ellas saben qué las enamora de un hombre. Nadie lo sabe. Cuando amamos, intentamos llamar la atención del otro de cualquier forma. Pero lo que nos puede llevar al corazón del otro es algo insospechado, misterioso. El corazón es un órgano complejo, muy sensible. El corazón tiene razones que la razón desconoce. El corazón es muy poco previsible: lo que a unos enamora, a otros los desenamora. De pronto, sin buscarlo, sin saber por qué ni cómo, encontramos ese lazo de plata que lleva al corazón de una mujer; ese lazo que ni ella misma sabe cuál es.
 Hay hombres que encuentran el lazo de plata apenas conocen a su chica, y no la sueltan. Hay otros que nunca se enteran que llegaron al corazón de una chica, y la dejan ir. Y cuando un hombre llegó al corazón de una mujer, ella hará cualquier cosa por retenerlo. Otras, en cambio, persisten en tener un corazón sin dueño. Cuando el amor naufraga, uno se agarra de lo primero que encuentra para salir a flote, aunque hundas a otros. Si falla un salvavidas, hay que echar mano a otro. Uno infalible: los proyectos de pareja. Los proyectos de pareja sirven, no tanto para entusiasmar a tu chica, sino para que le de más lástima dejarte si te ve tan ilusionado. Hay otros proyectos que se hacen en pareja, pero no acercan. Una vez que encontraste el lazo que lleva al corazón de tu chica, sólo hay que tirar un poquito y hacer un nudo bien fuerte para que no se desate con nada. Una mujer reclamará como propio a ese hombre que logró llegar a su corazón. Pero el camino hacia el corazón de alguien no siempre es un camino ida y vuelta.
¿Pero qué es ese lazo de plata que lleva al corazón de las personas? ¿Por qué a algunos les basta sólo con verse una vez para llegar al corazón del otro? ¿Por qué para algunos funciona el amor a primera vista, y otros nunca lo ven? No hay claves ni estrategias que valgan, porque ese lazo que lleva al corazón del ser amado es un misterio. Nadie puede explicar por qué ama, ni por qué es amado. Algunos aman porque son amados. Otros son amados porque aman. Hay corazones caprichosos, competitivos. Y hay corazones precavidos, reacios a dejarse amar por miedo a ser lastimados. Ese miedo no siempre es zonzo; no deberíamos dejar que cualquiera llegue a nuestro corazón. Una vez que alguien encuentra el lazo de plata y llega a nuestro corazón... es para siempre.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Invisible*

Yo no me olvido de nadie.
La gente se olvida de mí. Siempre.
Pasamos cosas hermosas, discutimos, tuvimos problemas, los solucionamos, nos divertimos, reímos. Pero la gente no se acuerda de mí
Por algún tiempo yo me encargo de hablarle al otro, de saber cómo está. Quizás en los primeros meses también el otro se preocupe por mi estado, y ambas partes coincidimos para pasar más tiempo juntos.
Y después mido al otro, para ver cuánto puede estar sin saber de mí, cuánto le importa saber de mí.
No hay resultado.
Por alguna casualidad de la vida, me ven conectada en el chat y se acuerdan de que había una chica llamada Dinora y blablabla. Sueltan un te extraño, un estás desaparecida.
No. No estoy desaparecida, vos me desaparecés. Vos me hacés invisible.
Yo sigo viviendo en la misma casa, concurriendo a los mismos lugares, teniendo el mismo número de celular y conectándome a Internet a la misma hora.
Ahí está la prueba de mi soledad.
¿Por qué? No sé. Yo estoy. Siempre que me necesitan estoy. Y ellos están cuando me necesitan, justamente porque saben que estoy.

jueves, 12 de septiembre de 2013

 Sentimientos inexplicables. Quizás es el tiempo, quizás es la lluvia que trajo consigo un deje de nostalgia, de aquella que te invade el cuerpo y hasta el alma. Cansancio acumulado, amores del pasado con sentimientos de presente. Inspiraciones de muy temprano en la mañana, cuando no hay tiempo para sentarse a escribir. Ganas de llorar, tristeza. Angustia. Soledad. Tirar todo por la borda, dejar de sufrir, dejar de vivir, dejar de sentir. Hace mal, duele.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Lágrima*

 Lágrima. A secas, preciso. Lágrima. Con mayúscula, porque significa tanto...
 Una mezcla de sentimientos y sensaciones. De esas sensaciones profundas que te revuelven el estómago, la mente y el corazón. De esas sensaciones que te confunden, sólo por el hecho de ser contradictorias. Amar algo que en realidad odias. Y apropiarte de eso, de ese odio para poder mejorar, para ser feliz. 
 Una lágrima, dos lágrimas, tres lágrimas... Al fin y al cabo es siempre la misma, siempre esa única Lágrima la que regresa, la que nunca termina de irse. La que sigue ahí, rondando la moral, planificando qué va a estar bien y qué va a estar mal. La que confunde, la que marea. La que llega hasta límites insospechados.
 Y no me puedo desprender, somos la misma, estamos juntas en esto.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Una entrada desde lo profundo de mi sinceridad*

 Me duele el cuello, la espalda, las piernas. Me despierto todos los días, estiro los pies y me suenan. Muevo la cintura y algún hueso se hace notar. Mi bolso mide lo mismo que yo, y si no fuera una gorda diría que pesa más que yo. Mi agenda está vacía porque ya ni siquiera tengo tiempo para escribir todo lo que hago. Mis amigos ya no me invitan a tomar mates. De vez en cuando, tomamos algunos con Giuliana, casi al pasar, y se queda a dormir. Ya no charlamos antes de dormir, nos acostamos y duermo, pobrecita ella se queda un poco más despierta. Ya no me siento a almorzar, excepto los miércoles y viernes. Sólo pienso en lo cansada que estoy. Lloro, todas las noches antes de dormir. Y a veces a la tarde, o de día. Lloro, en cualquier momento bah. Me habla mucha gente que no me interesa sobre cosas que me interesan aún menos. Me hablan de fin de semana un domingo, cuando ni siquiera sé si quiero vivir un día más. Tengo que estudiar, falto mucho. Falto mucho a todos lados, porque necesito descansar, y al fin y al cabo ese descanso no me sirve, porque al otro día me siento peor. Más perdida, más enferma, más cansada. No entiendo nada. No me sé ninguna coreografía. No avanzo. En nada, ni en Reina, ni en comedia, ni en clásico, ni en la vida. Quiero sonreír. No puedo. Finjo. Quiero ir a la peluquería. No tengo ni tiempo, ni plata. Tengo el cabello un asco. Quiero innovar, quiero tener energía. Me tomo la vitamina todas las mañanas, pero no sirven. Me pregunto qué sería de mí si no me tomase esa vitamina. Quiero tener buena onda, y me hablan a la mañana cuando me levanto. Me preguntan cosas sin sentido. ¿Cómo te fue? ¿Lindo el ensayo? ¿Qué comiste? Preguntas que me joden porque no cambian nada en la vida del otro, finjen interesarse por mi vida y se quejan cuando respondo con sinceridad que me fue como el orto, que no me sé las coreografías y comí un sandwish con pan duro que me salió $30 sólo porque los venden a media cuadra del Obelisco. Entonces me retan, opto por no contestarlas. Y ahí es cuando no entienden por qué la rebelde sin causa ahora utiliza el silencio. Y ahí paso a ser la conflictiva. Quiero ser o al menos parecer una persona normal, entonces escribo con caritas felices mientras lloro, total, nadie me ve. Quiero progresar, pero no puedo. Me sorprende mi capacidad minimalista y conformista. Mi cuerpo canaliza todo. Me autodiagnostico stress. Me acuesto a dormir y al ratito me suena la alarma, son las cinco. Otra vez, viajar tres horas para ir a Reina a que todo me haga recordar que estoy como el orto, que no sé nada y que me cuelgo. Tengo hambre, estoy gorda. Me vence. Me pongo y me saco los lentes de contacto como cinco veces al día. A veces me maquillo y a veces no. Me miro al espejo, tendría que depilarme las cejas, pero los domingos a las tres de la mañana (vendría a ser mi tiempo libre) no me acuerdo. Entonces parezco Helga Pataki. Llega el fin de semana y yo quiero dormir. Pero claro, estoy triste, porque me va mal en todo, porque la única posibilidad de chico que me gusta que tenía terminó chapando con un amigo, si, AMIGO, porque estoy sola y gorda, y porque soy una mala hija, hermana y pariente, y cuando tengo que cocinarle a los demás hago milanesas que por supuesto me salen secas porque no sé cocinar ni quiero aprender. Entonces salgo, salgo para ver cómo todos chapan menos yo, salgo para embriagarme y tener qué contarle a mi psicóloga el jueves cuando vaya a mi sesión. Porque claro, no tengo ganas de sacar a relucir toda la mierda inconsciente que tengo, ya me basta con mi vida diaria. Algún que otro día alguien me saca una sonrisa y me olvido del mundo, pero cuando me acuerdo es peor. El sábado voy con resaca a un curso en Buenos Aires, al que no quiero ir pero voy porque sería algo muy copado para mi curriculum y me regalaron media beca, se supone que no cualquiera se gana media beca. Entonces pasó otra semana, yo sigo sin inventar las coreografías para las clases que doy y como tengo problemas sigo posponiendole clases a mis alumnas, después se me juntan clases de dos horas y no puedo ir a ayudar a Nerea a educación física como le prometí. Mañana me levanto temprano y hago todo, digo. Y al final son las doce y yo estoy haciendo las milanesas secas para Nerea que llega y media. Después llega mamá y me reta porque la mesada está sucia, porque no fui capaz de pegar una barrida y porque no me tendí la cama. Yo vengo acá, lloro un rato. Escucho música deprimente, algo de Birdy, Kodaline o Coldplay mientras que escribo acá. Se quejan de que estoy todo el tiempo en la computadora, aunque todo el tiempo vendría a ser el tiempo que estoy en mi casa. Porque la oveja negra incomprendida no habla con su familia, se encierra y se aisla. Entonces paso a ser la bohemia soñadora que espera que le caiga todo de arriba. Ahí me canso, todos gritamos y yo odio el mundo (y el mundo me odia a mí, es el único sentimiento compartido que tengo con algo/alguien). Me quiero mudar e irme lejos de acá, para vivir como yo quiero. Estoy gorda, ¿ya lo dije? Si. Quiero empezar el gimnasio, pero no, no tengo tiempo. Y además en Reina no nos dejan, porque corta elongación y blablabla. Empiecen pilates, empiecen yoga ashtanga, empiecen clásico, empiecen tai chi, qué se yo. No tengo tiempo para llorar que termino llorando en el ascensor de la psicóloga, así que no voy a empezar ni el gimnasio ni nada de las otras cosas. Quiero dormir, pero para siempre. A la mierda con todo, twitteo y me voy a dormir. Buenos días, make a wish, twitter off. Esos nunca faltan.

domingo, 25 de agosto de 2013

Oveja negra incomprendida*

  A veces simplemente me siento una incomprendida. Es que, al fin y al cabo, así me siento. La distinta, la rara, la oveja negra de la familia, de la vida, de la sociedad. Si sólo alguien me entendiera, si sólo alguien se atrevería a ponerse en los zapatos de esta melodramática tan sólo una hora de mi vida, quizás así alguien se daría cuenta del sufrimiento autoimpuesto.
 ¿Buscar la felicidad o evitar el sufrimiento? Una vida llena de sacrificios. Una vida de placeres que van disminuyendo poco a poco para llegar a esa, mi felicidad. La que a mí me da tanto placer y quizás otros no entiendan. Aquel amor con el que sueño que algún día va llegar, cuando simplemente quiero a alguien que me escuche y me haga olvidar del tiempo, ese tiempo que me consume y no me deja ser yo misma.
 Ya no voy, ya no quiero luchar por los demás. Lucho por mí y por mis ideales, por más turbios que sean. Yo sé que hay un lugar dentro de mí que sabe perfectamente que algún día va llegar esa persona que entienda lo inentendible de mi ser. Y mientras tanto, trataré de disfrutar de lo que me aparta de los demás.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Me pregunto por qué sólo hay cosas que me inspiran.
Días como hoy, con un hermoso sol y un aroma de Septiembre.
Tardes de lluvia con frío.
Música tranquila, lenta, linda.
Pensar en mis sueños, soñar despierta.
La felicidad, la tristeza.
Las contradicciones, la paz, el stress.
El esfuerzo, el cansancio.
Vivir, sentir.
Me pregunto por qué siento esa necesidad de expresar todo con palabras.
Por qué me quiero mostrar al mundo.
Por qué grito cuando me callo hasta que exploto.

viernes, 16 de agosto de 2013

HETEROFOBIA (CORTO) *

 Llegué a este link, una chica lo subió a Facebook y lo abrí. Es un corto realmente muy fuerte, es más, estoy escribiéndo acá, sobre él, porque me quedó un nudo en la garganta y millones de emociones que hacen que mi piel siga erizada.
 Si tienen la oportunidad de poder sentarse un poco menos de veinte minutos, este corto vale la pena.
 Pensar que todavía hay gente que sufre porque no es aceptada por su diversidad sexual. 
 SIGLO XXI ¡ENTIENDAN QUE LAS COSAS CAMBIARON!
 Por ejemplo, la Iglesia prohibe la homosexualidad pero sin embargo, la homosexualidad en sí misma no es considerada un pecado. Lo que es considerado pecado es el acto homosexual, ya que se sostiene que no tiene un fin más que placentero, ya que como es anti-natural, no tiene el fin de la vida (claaaro, como si los heterosexuales garcharan sólo cuando quieren tener hijos). Entonces, ¿lo que la Iglesia plantearía es que está bien sentirse y/o ser homosexual pero no está bien demostrarlo o expresarlo? ¿Que los homosexuales cristianos (llamados a la castidad por el Catecismo de la Iglesia Católica - 2359 -) deberían reprimir sus propios sentimientos? Y planteo esto desde mi postura súmamente cristiana, porque creo fervientemente en Dios, pero hay cosas que no comprendo, ésta por ejemplo.
 A veces me sorprende el grado de discriminación en cuanto al tema, como si la homosexualidad siguiese perteneciendo a esa lista de enfermedades psicológicas de la que no es parte desde hace, exactamente, 17 años. Pensar que cuando yo nací era una enfermedad... La sociedad va avanzando, de a poco.
 Siempre me sorprenden las reacciones de mi abuela, por ejemplo. Escandalizada, se hace la señal de la Cruz cuando se entera que alguien es homosexual. Creo que nunca me había dado cuenta de cuán conservadora es mi familia (y creo que muchas familias).
 Me gustaría que haya un futuro distinto, en dónde cada uno pueda hacer de su intimidad y de su vida lo que quiera. La homofobia me parece tan estúpida... ¿hacen falta tantos suicidios? ¿tanta gente cortándose por una no aceptación? Creo que es parte de cada quién decidir hacerse responsable de lo que siente y cómo influye esto en la sociedad y en sus pensamientos, es decisión de cada quién dejar que los comentarios o pensamientos de los demás influyan en tu vida. Pero también creo que en cierto punto te satura una discriminación que no tiene fundamentos. 
 No estás matando, no estás robando, estás sintiendo amor, hermosa reflexión que me dijo una amiga una vez...
http://www.youtube.com/watch?v=GKt7YqJ7Egw

miércoles, 7 de agosto de 2013

 Y de repente me cayeron algunas lágrimas, y la tristeza invadió todo mi cuerpo. Sentí escalofríos y corrí para escribir esto, para desahogarme, para buscar una vez más en mí misma las respuestas a tantas de mis dudas.
 A veces siento que estoy destinada a la soledad, que la vida termina devolviéndome todas las cosas que hice mal. A veces me siento tan sola, tan triste, que eso me desvía de mis metas y sueños.
 Yo no pido muchas cosas, o quizás si, pero lo que realmente quiero es alguien que esté al lado mío apoyándome, queriéndome. ¿Por qué siempre soy yo la que quiere?
 Veo a tantas personas felices, juntas, pero también veo a tanta gente que se quiere y se hiere y pienso, pienso mucho. Y también me veo a mí, sola, amando, porque también amo aunque no me amen, y llega un punto en el que me hace mal. 
 Estar sola, sentirme sola, llorar sola, dudar sola, errar sola, pensar sola, aprender sola. Quiero alguien que esté a mi lado para caernos juntos/as, para aprender, para mirarnos, para ayudar cuando esté mal y que me ayude, para poder avanzar. 
 ¿Tan poco me merezco, tan mierda soy? Yo admito que tengo errores, que no soy perfecta, pero nadie lo es. Me pone mal, yo no sé qué actitudes tomar. 
 Ya va a llegar, o eso me dicen todos, pero ¿será que siempre me enamoro de la persona equivocada? ¿por que tanto sufrimiento con algo que debería ser hermoso?

domingo, 4 de agosto de 2013

Gravity *

- Tenés una estética visual escénica muy bella. Además, el vestuario era increíble. Lográs romper la barrera de la distancia artista/espectador. Dejás tu marca, mediante lo interpretativo, y por supuesto, lo técnico. Además el vestuario marca tu línea de piernas, se veía la proyección de los pies hasta el empeine bien logrado. Sin contar tus expresiones faciales que fueron justas, medidas y arrolladoras, Y el plus es la elongación que tenés, justamente no corta la línea corporal, te agranda y quedás inmensa en el escenario. Esto entre otras cosas.. Lo que digo es posta lo que me provocaste. De hecho, terminó la coreografía y me saqué los lentes, suspiré y dije: te odio Dinora. Muy pero muy logrado todo, me quito el sombrero. Definitivamente tenés una naturaleza para el lyrical.
- Bailaste re bien, tenés dones para bailar, fue lo mejor que ví, vos diez puntos.

- Es- ca-lo-fri-os
¿Cómo no estar feliz con todo eso que me dijeron hoy? Gravity fue la mejor coreografía que hice en mi vida, la primera vez que me animo a bailar a dúo. Disfruté muchísimo hacerla y por suerte ya tenemos otras fechas para repetirla. Saber que por fin estoy venciendo las barreras que me perjudican, saber que estando arriba del escenario tengo la energía que necesito, que es lo que tanto me frustra en las clases, ahora sólo tengo que nivelarlo. GRACIAS por todos los comentarios hermosos que me hicieron sobre la coreografía, realmente estoy muy feliz y a cada segundo me doy cuenta de cuánto amo esto que elegí ♥

jueves, 1 de agosto de 2013

Compartiéndome, con todos menos con ellos *

 No voy a llorar. Al menos no delante de ellos. A veces pienso que me vuelvo cada vez más superficial, más fría. Sólo acá, en mi casa, en mi familia. Punto fijo, mirada fría, actitud sobradora, y sin embargo, de la puerta para afuera, al contrario de todos los demás, me muestro vulnerable, frágil.
 La pregunta es: ¿cómo soy realmente? ¿soy la fría o la débil? Ni yo estoy segura de eso.
 ¿Por qué los demás pueden sentirse cómodos y protegidos en su familia y yo no? Sé que no son ni mis padres ni mis hermanas, más bien soy yo misma la que juega un papel del que no puedo salir, aunque queda en evidencia que no me beneficia.
 No me siento con la libertad de expresarme, tengo una traba para hablar con ellos, y es absurdo que esté escribiendo esto y publicando siempre lo que pienso y siento, acá que lo puede leer literalmente todo el mundo, y que con ellos no pueda compartirlo. Ni mis metas, ni mis sueños, ni mucho menos mis problemas o angustias. Nada.
 Estoy negada a eso, negada a abrirme, negada a la conversación familiar.
 Siento que ya no puedo cambiar eso que me bloquea. Reitero, que ME bloquea. En mi casa nadie me impide hablar, es más, muchas veces debería hacerlo y no puedo. Siento que ya me quedan menos años para poder irme de mi casa y formar mi hogar con sus propias reglas. Siento que si viví dieciocho años de esta forma, ya no se puede cambiar. Ya somos todos grandes, sería una hipocresía. 
 Pero también siento que es raro saber que el que tendría que ser mi lugar, no lo es. Y quizás es por ello que me refugio escribiendo, sincerándome vaya a saber con quién que seas vos, quien me está leyendo, si me conocés o no, y sé que probablemente no te importe mi vida ni te interese cómo me siento, y que llegaste a esta blog quién sabe cómo.

miércoles, 31 de julio de 2013

Bajón*

 A veces, días como hoy, simplemente me agarra un bajón, quizás sin sentido. Días en los que veo el vaso medio vacío en lugar de ver su parte llena. Días en los que el gris nubla todo aquello en lo que mi vida iba bien. Porque vivo muchas cosas buenas, pero también malas. Días como hoy en que la duda me paraliza, aparece el miedo, los temores, la mirada ajena, el cansancio, la sensación de no poder con todo. Siempre hay cosas peores, siempre hay alguien peor. Esa es la verdad aunque odie que me lo digan. Creo que estoy acostumbrada a querer ser la víctima, porque sí, quizás esa es uno de mis mayores defectos (al menos lo admito), mi poder de dramatización. Días como hoy, en los que solo espero a que llegue la noche, cerrar los ojos, y que el día de mañana sea distinto.

Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos.
Que nos den la esperanza de saber que es posible que el jardín se ilumine con las risas y el canto
de los que amamos tanto. Por un día distinto, sin apremios ni ayuno, sin temor y sin llanto.

martes, 30 de julio de 2013

Conversaciones, palabras que cambian *

 Hay conversaciones que te cambian. ¿Cómo es posible que un par de palabras arreglen las cosas, solucionen problemas, cambien humores? 
 A veces simplemente necesitamos la palabra exacta en el momento indicado para sentirnos mejor. A veces simplemente es necesario decir lo que sentimos, y a veces es necesario callar.
 Y cuando el silencio se rompe y hablás, puede que cambie todo o que no cambie nada.
 Adoro cuando las palabras me hacen llorar, y aunque soy muy sensible y lloro todo el tiempo, pocas personas logran que se me erice la piel, con tan solo palabras...
 Pensar que son sólo palabras las que mueven el mundo, las que mueven sentimientos. Pensar que hay personas con un don magnífico que es el manejo de la palabra, los escritores por ejemplo. Cómo admiro a aquellos que son capaces de redactar de una manera tan hermosa y poética hasta las cosas más simples, las situaciones más cotidianas.
 Palabras, ¿quién no ha sonreído por ellas? ¿quién no ha llorado por ellas? 
 Algunas personas son frías, no transmiten, no dicen. Pero cuando de repente te dicen todo lo que tenían guardado, cambia. 
 {Me gusta eso, me gusta cuando hablamos y dejamos de lado nuestras cuestiones, y nos podemos sincerar y decirnos. Decir todo lo que teníamos guardado. Creo que eso es lo que hace que se me ponga la piel de gallina y lo que maneja mis altibajos emocionales a lo largo de la conversación. Esa sinceridad que no se da siempre. Se da cuando rompemos nuestras estructuras. Por eso de vez en cuando está bueno el silencio, para que después se rompa, para que cambie}

lunes, 29 de julio de 2013

Frustración #1 *

 ¿Cómo hacer para solucionar las cosas que uno lleva dentro? ¿Cómo superarse a sí mismo cuando lo único que lo impide es nuestra propia mente? ¿Cómo darse cuenta si nosotros mismos somos nuestras propias trabas, nuestros propios enemigos?
 Es difícil, difícil saber y aceptar que la respuesta al avance siempre la vamos a tener nosotros mismos, que las dificultades sólo pueden alejarnos de nuestras metas, que simplemente tenemos que dejar ser para poder ser.
 Y cuando te cae la ficha de que podés ser mejor sólo si te dieras esa oportunidad, es ahí cuando te das cuenta y vas a cambiar. Cuando realmente sentís el click que hace que quizás tu autoestima baje, pero al fin y al cabo sirve para abrirte los ojos.
 Cuando el techo te lo autoimponés vos, ahí es cuando le estás errando feo, pero cuando podés darte cuenta de todo eso, es cuando podés empezar a trabajar en vos mismo y en tus metas.
 Y si, frustra. O al menos a mí me frustra, pero estoy feliz por eso, porque siento que ahora sí estoy preparada para crecer, y no voy a parar hasta mejorar, porque esto lo estoy haciendo por mí, porque es lo que yo elegí para mi vida, para mi futuro y para mi felicidad.
 Hoy más que nunca, y después de ese llanto incontrolable en la hora de hip - hop, estoy dispuesta a no tirar la toalla, a no rendirme, a no bajar los brazos, a irme superando a mí misma (y a mi mente).
 Es loco que justo el día de mi cumpleaños me haya caído la dicha tan de repente. Quizás casualidad, quizás destino, ¿quién sabe? Sólo sé que hoy me siento un poquito más madura en lo que respecta a mi carrera, y estoy feliz por eso. Es mi primera levantada después de la caída, y sé que va a haber muchas más.
 Agradezco a la vida por poder estar en el lugar en el que estoy, con los compañeros y profesores que tengo, sólo depende de mí exprimirlos para nutrirme.
 Hoy más que nunca tengo las metas fijas, ¿y saben? prometo ser toda una hiphopera para fin de año, aunque sea ficticia. Esto no me va a ganar.

1/2 año, energías renovadas *

 Comienza la segunda parte del año, y trae consigo muchos cambios. En mi caso, lleva a cuestas un año más. Metas nuevas, energías renovadas.
 Segundo cuatrimestre, actividades nuevas, cosas viejas. Un pensamiento lleno de positivismo.
 Me dí cuenta de que a las personas relajadas les va bien, aquellos quienes no se hacen problema por cosas/personas que no lo valen. Si bien se me dificulta dejar de lado a la Drama Queen que me considero, quiero desdramatizar un poco la vida, dejarme sorprender, y sobre todo, seguir soñando.
 Considero que los sueños son nuestro motor. Una persona sin sueños es una persona sin objetivos, sin metas, una persona vacía... Y si hay algo que me gusta es soñar y luchar por eso, sin que importe nada más. Mi felicidad depende de mí, así que ya no importa qué digan, voy a hacer lo que amo con mi mejor esfuerzo y a dar lo mejor de mí de ahora en más, evitando problemas, pensando a futuro, pensando en mí.
 Quiero enamorarme, quiero sentir, quiero vivir. Tengo un montón de cosas buenas que disfrutar, y algunas cosas pendientes por solucionar.
 Energía positiva, relax... Tomo todos los buenos consejos que me han dado ¡y a seguir adelante! ++++++

sábado, 27 de julio de 2013

Mi último día con 17*

 Me despido de mis diecisiete años, y junto con ellos me despido de una etapa. Comienza algo nuevo, una vida llena de metas nuevas, de objetivos nuevos, de visión nueva. 
 Es el momento perfecto para parar a pensar qué es lo que quiero de mi vida, cómo, cuándo y dónde. Es el momento indicado para tomar todas las herramientas con las que voy a construír mi futuro y disfrutar mi presente. El momento para dejar atrás todo lo que me hizo mal, para renovar energías, metas, amistades, amores...
 Es el momento de empezar a pensar en mí, y no de modo egoísta, no por una felicidad temporal, una satisfacción momentánea, sino pensando para el futuro. Pensar en mí para vivir por mí, para seguir haciendo lo que amo, para luchar más que nunca por mis sueños.
 Hoy me despido de mis diecisiete años y le digo NO a mis errores del pasado, porque aprendí, porque sé que puedo superarlo y superarme a mí misma. Porque quiero crecer, porque quiero vivir, porque quiero sentir, y nadie puede impedírmelo, nadie excepto yo. 
 

lunes, 22 de julio de 2013

Cosas que amo*

1- Amo despertarme sin despertador.
2- Amo despertarme y tener mensajes.
3- Amo sacar el pie de mi cama y estirarlo.
4- Amo elongar.
5- Amo que me saquen una sonrisa cuando no lo esperaba.
6- Amo que me traten de usted.
7- Amo que escriban sin faltas ortográficas.
8- Amo que me digan qué expresiones tienen vía chat.
9- Amo escribir.
10- Amo maquillarme y hacer trensas.
11- Amo la visión de la vida que tienen los fotógrafos.
12- Amo a los gays.
13- Amo los vestidos vintage.
14- Amo los musicales.
15- Amo a las Princesas de Disney.
16- Amo actuar, bailar y cantar.
17- Amo a las personas con linda naríz.
18- Amo los positos.
19- Amo a la gente con personalidad.
20- Amo mi sensibilidad.
21- Amo poder llorar tan rápidamente cuando estoy actuando.
22- Amo tener la oportunidad de estudiar en Capital.
23- Amo Capital.
24- Amo poder hacer lo que amo.
25- Amo adelgazar.
26- Amo la lluvia.
27- Amo inspirarme y quedarme horas enteras escribiendo o dibujando.
28- Amo dibujar.
29- Amo la mirada de las personas.
30- Amo mirar a los demás, observarlos, más si tienen algo raro.
31- Amo los detalles.
32- Amo los regalos. Hacerlos y recibirlos.
33- Amo las canciones lentas cuando estoy triste.
34- Amo sentirme motivada.
35- Amo mi tatuaje.
36- Amo Juego de Gemelas.
37- Amo a Lindsay Lohan.
38- Amo cumplir años.
39- Amo los ataques de sinceridad.
40- Amo ser actríz porque puedo ser mil personas al mismo tiempo, pero al fin y al cabo, amo ser yo misma.
41- Amo el color negro.
42- Amo mi colección de libros.
43- Amo cuando mis amigos me demuestran que me quieren.
44- Amo a mis amigos.
45- Amo ir a terapia.
46- Amo llorar, canalizar.
47- Amo soñar, los sueños tanto dormida como despierta.
48- Amo el poder de las palabras y el poder del silencio.
49- Amo los huesos.
50- Amo la imágen que da la sangre fresca arriba de piel blanca.
51- Amo el frío.
52- Amo tener la punta de la naríz fría.
53- Amo que me abracen.
54- Amo los besos en el cuello.
55- Amo cuando das un abrazo y sin querer se te cierran los ojos.
56- Amo las sonrisas de los demás.
57- Amo poder hacer sonreír a un niño después de cada función.
58- Amo que se saquen fotos conmigo cuando termina una obra.
59- Amo el teatro y poder pertenecer a él.
60- Amo que me digan que estoy más flaca (siempre y cuando sea cierto).
61- Amo ser la favorita de mi abuela.
62- Amo la danza contemporánea al estilo Q o So You Think You Can Dance.
63- Amo ser rubia natural.
64- Amo los lunares que tengo en las costillas.
65- Amo las fotos en blanco y negro.
66- Amo el chocolate.
67- Amo las sorpresas.
68- Amo a mis hermanas.
69- Amo los temas tales como el tiempo, el karma, la vida o ese tipo de filosofía de vida.
70- Amo hablar con la gente, no importa con qué fin.
71- Amo conocer gente nueva siempre.
72- Amo conocer cosas de la gente que nadie conoce.
73- Amo los secretos (tenerlos y guardarlos, escucharlos y guardarlos).
74- Amo a la misma persona desde que tengo 13 años.
75- Amo encontrarme con amistades viejas.
76- Amo llamar por su cumpleaños a personas que no veo hace mucho tiempo.
77- Amo tener metas fijas.
78- Amo sentirme vulnerable cuando hay alguien que me proteje.
79- Amo llenar la bañera y pasar horas en mi mundo.
80- Amo haber terminado el colegio un año antes.
81- Amo levantarme de buen humor.
82- Amo las fotos.
83- Amo acostarme en el césped y mirar las estrellas una noche de frío.
84- Amo a la gente egocéntrica, más bien la admiro.
85- Amo admirar.

Creo que también debo amar más cosas que paso por alto...

domingo, 21 de julio de 2013

Necesito a alguien*

Necesito a alguien que me mande un buen día todos los días, alguien que me saque la primer sonrisa del día y la última también. Alguien que me de la mano y que me abrace. Alguien que me apoye en mis decisiones y me siga en la rutina. Alguien que me desequilibre emocionalmente, que me enamore hasta que mi corazón no pueda más. Alguien con quien hacer locuras dentro de lo que se pueda. Alguien que me vuelva loca, pero loca bien, loca de amor. Alguien que altere mi stress y lo convierta en sonrisa. Alguien que me transmita paz, relax. Bah, simplemente necesito a alguien...

sábado, 20 de julio de 2013

Cosas que odio*

1- Odio mi cuerpo, por sobre todo mis piernas.
2- Odio mis piernas (es un doble odio).
3- Odio mi altura.
4- Odio tener ojos tan chicos para el resto de mi cara.
5- Odio mi naríz.
6- Odio ser tan parecida a mi mamá.
7- Odio mi personalidad.
8- Odio mi malhumor.
9- Odio estar a dieta.
10- Odio no poder cumplir la dieta.
11- Odio mi baja autoestima.
12- Odio mi poco autocontrol.
13- Odio mi poco poder de decisión.
14- Odio mi poder de enamoramiento.
15- Odio desequilibrarme.
16- Odio el stress.
17- Odio vivir en Berisso.
18- Odio tener que levantarme a las cuatro de la mañana para ir a cursar.
19- Odio no poder vivir en Capital.
20- Odio la convivencia con mi familia.
21- Odio no tener una independencia económica.
22- Odio que piensen que mi carrera es fácil sólo porque es bailar.
23- Odio que me subestimen.
24- Odio que no tomen en serio mis pasiones.
25- Odio la impuntualidad.
26- Odio que mi familia todavía no sepa qué me gusta y qué no.
27- Odio que no me crean cuando digo la verdad.
28- Odio las faltas ortográficas.
29- Odio los productos marca Día%.
30- Odio ciertas cosas que siento.
31- Odio estar enamorada de la misma persona desde hace seis años y medio.
32- Odio saber cómo terminaron las cosas con esa persona.
33- Odio ser cobarde, vulnerable.
34- Odio ser TAN melodramática (infumable).
35- Odio no tener una rutina.
36- Odio no tener tiempo para nada.
37- Odio que mis amigas nunca me vayan a ver al Teatro.
38- Odio que se rían de mí.
39- Odio cuando soy irresponsable.
40- Odio que me cambien los planes a último momento.
41- Odio dejar todo para lo último.
42- Odio que me digan chiquita, negri, mamu y todo tipo de disminutivo grasa.
43- Odio que tanto mi mamá como mis abuelas digan todos los nombres de la familia menos el mío.
44- Odio a los viejos pajeros (y a los jóvenes también).
45- Odio a los homofóbicos.
46- Odio la propaganda política.
47- Odio no haber tenido pareja nunca en mi puta vida.
48- Odio no ver, tener que usar lentes de contacto o lentes.
49- Odio que llegue el verano y no poder usar bikini.
50- Odio indisponerme.
51- Odio a Hilary Duff y a Nicki Minaj.
52- Odio estar enferma.
53- Odio no saber vomitar.
54- Odio no poder sentarme más derecha.
55- Odio no tener rotación en las piernas.
56- Odio mi poca capacidad de memoria para las cosas importantes.
57- Odio que la gente vuelva y me vuelva a confundir.
58- Odio engancharme tan rápido.
59- Odio el tiempo que tarda el Blackberry en reiniciarse.
60- Odio que las personas que me pueden llegar a gustar nunca me den bola.
61- Odio enamorarme de putos (y siempre lo hago).
62- Odio de vos que no te odio.
63- Odio perder tiempo.
64- Odio no tener claras las cosas.
65- Odio el humor bizarro.
66- Odio los chistes y las bromas.
67- Odio no tener sentido del humor.
68- Odio el rejunte de gente conocida.
69- Odio aumentar de peso.
70- Odio no poder vestirme como me gustaría.
71- Odio que me digan que sí como a los locos.
72- Odio soñar con el amor de mi vida.
73- Odio cuando llega la hora de ir a terapia y todavía no sé de qué hablar.
74- Odio no animarme a llorar como querría en terapia y terminar llorando en el ascensor.
75- Odio que mi cuerpo no pueda seguir mi ritmo de vida (por eso me stresso).
76- Odio el color marrón.
77- Odio las pregutnas idiotas.
78- Odio que me pregunten cómo me fue cuando tuve un día de mierda.
79- Odio tener días de mierda.
80- Odio llegar muy temprano a los lugares.
81- Odio que no cumplan las promesas.
82- Odio que digan me comí a... decí chapé.
83- Odio que me miren mal.
84- Odio las bromas de cumpleaños, tipo que se hagan los que no se acuerdan.


Probablemente odie más cosas...


jueves, 11 de julio de 2013

Pero el amor es más fuerte*

 Seamos sinceros, todos tenemos un amor de la vida. Quizás no el indicado, tal vez no el perfecto. Pero a alguien a quien amamos mientras que el amor verdadero llega (alguien a quién creemos verdadero).
 A veces sentimos que el dolor nos consume, decimos NUNCA MÁS. Queremos alejarnos de lo que amamos porque nos causa sufrimiento, pero al fin y al cabo, el rulo siempre vuelve. EL AMOR ES MÁS FUERTE.
 Volvamos a ser sinceros, ¿no volverían con esa persona que aman aunque los hizo sufrir? Yo por ejemplo tengo al amor de mi vida más hiriente del mundo, todavía siento mi corazón en pedacitos. Cada vez que lo veo y no puedo hablarle ni saludarlo (por un problema externo) se me rompe el corazón, pero el amor es más fuerte, definitivamente. Si acaso mi amor me devolviera una sonrisa, un saludo, sería la más feliz del planeta.
 Tragamos el orgullo, tragamos el sufrimiento por amor, el amor es la fuerza más poderosa del mundo, el amor es más fuerte que cualquier otra cosa.

domingo, 7 de julio de 2013

Una vez más*

Una vez más que te dedico una entrada en el blog, una vez más que te escribo en realidad, una vez más que no vas a leer. Ya no tengo ganas ni siquiera de generalizarlo y escribirlo poéticamente como para que sea una entrada decorativa y pueda identificar a alguien más. Ahora te hablo a vos, te hablo directamente, de todas formas, repito, sé que no me vas a leer. Es doloroso, doloroso pasar una vez más por al lado tuyo y que nuestras miradas se desvíen, no puedo creer cuán horrible me siento al saber que nos estamos haciendo los distraídos cuando sabemos la realidad. Miramos literalmente a otro lado para no tener que enfrentar una vez más nuestras miradas. Porque la última vez que lo hicimos fue la más dolorosa para mí, y la que terminó con todo para vos. Es espantoso cruzarte por la calle y tener que hacer de cuenta como que no te conozco, ¿con todo lo que vivimos? ¿con todo lo que sentimos? Perdón, sentí. Me duele, una vez más me rompés el corazón, ¿hasta cuando? Quiero terminar con todo ya, quiero dejar de amarte. Me hace mal, me hacés mal. Vos y tu soberbia, vos y verte de la mano con la persona que nos alejó.