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miércoles, 19 de noviembre de 2014

La malhumorada*

Nadie me entiende a mí. Todo el mundo parece ser mucho más comprensivo con todo el resto de las cosas. Nadie soporta que yo haga las cosas mal, que yo juzgue, que yo me equivoque, que yo tarde, que yo sufra, que yo colapse. Nadie entiende que el cuerpo habla lo que el alma calla. Nadie entiende que mi cuerpo está gritando, que yo estoy gritando, ¡que no puedo más! Que tengo malhumor, que todo se me viene encima, que tengo cosas que terminar, que tengo ropa tirada, que tengo letras sin aprender, que no me sé ninguna coreografía, que tengo ensayos, que tengo funciones, que tengo fechas, que tengo grupos a cargo, que tengo una carrera a cargo, que quiero cuidar mi alimentación, que el espejo me trastorna, que me gusta escuchar a los demás, que atraigo gente tóxica, que no tengo energías, que en los últimos días fui tres veces al médico, que si no es la anemia, es el ayuno, que si no es el atracón, que si no es hacer las cosas bien, es hacer las cosas mal, que al final a mí todo lo que me importa es la plata, dice mamá, y a mí lo único que me importa, es hacer realidad mis sueños, pero al final, es otro año y yo volví a hacer las cosas por la mitad. Y sí, al final la mierda soy yo, la oveja negra de la familia, que sólo se queja de lo que hacen los demás, porque me indigno si los platos están mal lavados, pero claro, si yo los dejo mal lavados, hay que escucharlos. Que lloro por melodramática, y siempre tengo cara de culo. Que no tengo amigos. O que todos mis amigos son putos (como si eso tuviera algo que ver, ¿no?). Que si contesto mal, soy una mierda, pero cuando yo estoy como la mierda nadie está. Que no puedo tener un mal día. Que nadie al final del día me pregunta cómo estoy, o sí, pero no me queda más remedio que decir que está todo tranquilo, cuando es todo lo contrario, ¿pero a quién le interesa todo el vómito verbal? Que te hubiera acompañado a hacerte la ecografía, así no ibas sola. Mentira, porque le da miedo viajar en colectivo, y no sé qué otras cosas, que no importa, pero es preocupante, claro, no tanto como para dormir una buena siesta. Que cada quien tiene sus problemas y a nadie deben interesarle los míos, pero POR FAVOR, déjenme llorar que estoy stressada. Que grito, me violento, que mi hermanita me sobra como si tuviera cinco años más que yo y me saca todos los nervios de punta, que termino en el medio de la cocina llorando con ruido hasta que Pandora me aparece al lado con cara de es mi cumpleaños, no llores. Que mamá se pone de mal humor porque el ensayo terminó diez y media y esperaron en el auto, porque soy una chica y no voy a volver de noche sola, que papá siempre está callado. Que tengo sueño, hace dos noches que no duermo porque tengo dolores intensos, pero a nadie le importa eso, y menos aún a los directivos de la Facultad, cuando mañana vaya a hablar porque puede que me haya quedado libre. Y miren si tengo que hacer todo el año de nuevo porque me dolía la panza. Pero bueno, mi útero está bien y puedo ser mamá. ¿Cómo mierda voy a ser mamá? Es imposible. El kiosquero me dio mal el vuelto y me cagó $50, porque soy una estúpida que le hace honor a su rubio natural. Hoy era el peor día para darme el permitido y comerme esas galletitas de avena con chocolate, pero lo hice igual. Mañana es el último ensayo antes de la muestra y la coreo de las nenas sale horrible, que es el ensayo en el Teatro de Capital y también se vienen los finales de la facultad, y no sé nada. Que el lunes es la muestra y no tengo el vestuario, porque tenía que ir a comprar la tela y no fui, porque anoche no dormí y cuando pude hacerlo me quedé dormida, la casa era un lío tremendo y fui corriendo a la ginecóloga para que me dé la solución a uno de mis catorce mil problemas. 
 Perdón gente, perdón por ser tan imperfecta. Y sí, lo digo con sarcasmo, porque todo el tiempo me estoy dando cuenta de lo mierda que soy, y no puedo solucionarlo hasta que no tenga tiempo, ¡no puedo más! Y sé que nadie me entiende pero POR FAVOR. La malhumorada sólo ve lo malo en los demás, nadie ve por qué la malhumorada está mal.

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