Vistas de página en total

viernes, 11 de octubre de 2013

Subjetividad, autocrítica y amor: seamos nosotros mismos*

 Qué extraño es el mundo de la subjetividad y de la autocomplacencia.
 Es extraño y hasta maravilloso saber que para alguien podemos ser la persona más perfecta del mundo, mientras que nosotros en nuestro reflejo nos odiamos.
 Y puede que el amor tenga que ver algo con eso, con el subjetivismo. Cuando de repente y sin sentido, nuestros defectos, para alguien, se convierten en virtudes, cuando nuestras defensas se vuelven bajas y podemos abrirnos a otro, cuando realmente nos damos a conocer.
 Amamos a quién nos ama pero no tanto como al que nos odia, es un gesto de mutilación hacia nosotros mismos que todos tenemos o tuvimos alguna vez. Porque no todos nos enamoramos de la persona indicada en el momento indicado, pero nos hemos abierto a muchas personas que no supieron amarnos como nosotros mismos. Y luego aparece el miedo, ese miedo a dejar que las barreras caigan una vez más, por miedo a ser heridos (una vez más).
 Nunca se sabe qué pueden amar de uno, y quizás, ese pensamiento que está allá, al fondo, sin ser expresado, es lo que puede cautivar al otro. ¿Por qué no empezar a ser realmente uno mismo, con nuestros pro y nuestros contra? Dejemos el miedo atrás para poder avanzar, para poder sentir.
 Y si sufrimos... ¡viva por eso! Estamos vivos, y el dolor es parte de la vida. Y si el dolor es parte de la vida, también es parte de nosotros. Mostrémonos tales cual somos, con esos dolores que nos torturan, con los amores que no podemos olvidar, con el malhumor que tenemos a la mañana, el enojo por el tránsito, el positivismo que trae un buen día, por los altibajos.
 Al fin y al cabo, lo que no se muestra va a morir con nosotros sin haberse dado a conocer.

4 comentarios: